Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



viernes, septiembre 19, 2008

Anuncio: se vende historia, moral y tejas

Diecisiete días después de la última ráfaga del huracán Ike, cuando han bajado los ánimos y el desastre se va convirtiendo en paisaje cotidiano, cuando la desesperanza es una actitud asumida y los rencores iniciales degeneraron en la impotencia acostumbrada, Raúl Castro con rostro fresco, descansado y feliz, después de siestas, vodkas y desayunos, apareció por primera vez esquivando las tumbas, los derrumbes y los desamparados para soltar una frase recriminatoria: “Hace falta que las personas sientan la necesidad de trabajar, y no la sentimos''. Fue lo que se le ocurrió decir.
El cinismo no es una sorpresa en Cuba, ya Fidel eligió la dignidad en harapos en vez de la ayuda humanitaria, como mismo una vez definió a las jineteras cubanas como “las prostitutas más ilustradas y sanas del mundo”.
Los Castros pueden jugar con frases gloriosas porque a ellos no se les caen los techos ni les falta la proteína. A ellos nadie los calla, los reprime, los humilla. Para ellos los huracanes es un juego de ajedrez con Dios mientras las torres y los peones caen desfallecidos.
Un amigo recibió un email desde La Habana: "...estoy muy deprimida por los horrores que han acontecido aquí después del huracán, realmente estoy muy triste, imagínate que todos los días en la tv ponen aviones con millones de tejas y comida y materiales que llegan de una pila de países para los damnificados en calidad de donación, y me acabo de enterar que se los están cobrando en moneda nacional; imagínate una gente que se acaban de quedar sin nada, cómo cojones van a pagar una singadas tejas para los techos. No, vaya, que me asombro y me abochorno cada día más, no de ser cubana, pero sí de no quererlo ser más".
Lo copio textualmente a pesar de los fuertes calificativos porque sólo así traduce la ira incontenible de esta mujer.
Pero, ¿por qué no van a vender las donaciones si han vendido la historia y la moral de un pueblo?

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