Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



viernes, diciembre 19, 2008

FELIZ 2009!!!


Junto a esta foto del yate El Pilar, de Ernest Hemigway, saliendo del puerto de La Habana en 1953, perteneciente a los archivos fotográficos de la revista Life, les envío mis mejores deseos para el año que comienza y la esperanza compartida de alcanzar todo lo bueno a que aspiramos y soñamos.
Un abrazo,
Luis G. Ruisánchez

miércoles, diciembre 17, 2008

Herencia, historia y dolor. Yo no puedo olvidarlo

Cuando llegas a la ciudad de Miami, lo primero que te muestran es la Torre de la Libertad, un edificio de corte mediterráneo, frío y bello a la vez, de fachada color mostaza, que acaba de ser declarado Monumento Nacional.
Su historia es nuestra historia. La emblemática torre del downtown de Miami lleva ese apelativo glorioso porque se convirtió en el refugio de los 265 mil exiliados que volaron desde La Habana hacia el sur de la Florida, en los famosos Vuelos de la Libertad, que cruzaban el estrecho canal dos veces al día entre 1965 y 1972.
Antes de los famosos vuelos, ya estaban en territorio estadounidense 270,000 mil cubanos exiliados. Un censo realizado en 2007 arrojó que hoy viven en EEUU, 1 millón 241 mil 685 ciudadanos nacidos en Cuba, más la descendencia directa de ellos, pero que ya son naturales de ese país.
Desde entonces, la Torre de la Libertad acunó, protegió e insertó a miles y miles de cubanos dispuestos a comenzar una vida nueva en la ciudad de Miami, a dónde llegaron sin un centavo, vacíos y anónimos, sólo agarrados a la esperanza.
El eterno segundón del gobierno cubano (hoy reducido a su enésima parte) Carlos Lage, ha declarado que “es un acto de barbarie prohibirle a un ciudadano visitar a su familia", refiriéndose a la prohibición de los viajes a Cuba que el gobierno de George Bush había decretado.
A mi no me cabe dudas de que es un acto de barbarie que atenta contra la libertad individual y es una bofetada a la nostalgia y los vínculos de afectos humanos. Lo que no acepto es que Lage se erija ahora, defensor de ese derecho.
Yo no se quién lo habrá olvidado, pero recuerdo en detalles aquellos años de represión feroz en Cuba contra quienes querían emigrar, la obligación a pagar su “culpa” por traicionar la revolución, despedidos de sus trabajos y, en calidad de prisioneros, llevados durante meses o años a trabajar en el corte de caña, lejos de sus casas y sus familias.
Hasta finales de 1979, cuando Cuba aceptó “la comunidad de cubanos en el exterior”, recibir una carta, una llamada telefónica o un envío de un familiar exiliado, era motivo de castigos severos. Por más de 20 años, una carta de tu hijo, tu hermano o tus padres, se pagaba con la desconfianza oficial, el estigma social y la separación del trabajo. Y pasabas a los registros de la inteligencia cubana.
Por más de 20 años, quienes se fueron de Cuba estaban imposibilitados de visitar la Isla por disposición de las autoridades revolucionarias.
Por más de 20 años, salir de Cuba fue imposible, tener un pasaporte estuvo prohibido.
Por más de 20 años, exiliarse era sinónimo de “gusano”, “apátrida” y el territorio nacional, tus derechos de cubano, tus pertenencias y tu dignidad quedaban reducidos a la nada.
La revolución cubana cumple 50 años, medio siglo de terror. Si por más de 20 años aquello fue disposición gubernamental evidente, por el resto de estos 30 años ha existido como el mismo odio disimulado.
Conozco amigos que han sido devueltos desde el aeropuerto de Rancho Boyeros en La Habana por su explícita conducta disidente, aunque sólo sea de conciencia.
Hasta hace apenas dos o tres años, los cubanos residentes en el extranjero estaban obligados a solicitar un permiso en sus embajadas que le permitieran o no, visitar Cuba. Hoy, eso ha cambiado insustancialmente. Aún hay que pedir esa autorización y ellos consideran si tienes o no el derecho de visitar a tus familiares en Cuba. Pero aún así, tener el permiso estampado en tu pasaporte no es una garantía. Al llegar a La Habana, pueden prohibirte el acceso al país y debes regresar desde el mismo aeropuerto, en el primer vuelo.
Hoy sigues perdiendo tus derechos nacionales cuando emigras. Es aún la misma concepción de que irte de Cuba es un destierro.
Pero Lage se otorga la libertad de decir que “es un acto de barbarie prohibirle a un ciudadano visitar a su familia". Es verdad, sólo que ellos son los bárbaros mayores, decanos y doctores. Ellos iniciaron y mantienen esa política inransigente, de odios y venganzas.
Lo más doloroso es ver cuántos cubanos olvidan estas historias. Cuántos han hecho mutis de sus memorias y a veces de sus propias experiencias, para condenar sólo una parte de lo condenable.
O ver cuántos cubanos que volaron a Miami desde aquellos Vuelos de la Libertad hasta hoy, practican la ingratitud y el olvido. Esa "selva contrarrevolucionaria miamense, intolerante y retrógrada", condenada por muchos de nosotros mismos, es resultado de la misma herencia adquirida, es la misma creación nuestra y es el reflejo de ese dolor que muchos han olvidado sin compasión, más intolerantes aún, más irreflexivos, más vanidosos.Y olvidadizos hasta la vergüenza.
Yo me inclino por el respeto a todos. Desde el niño que llegó una vez a La Torre de la Libertad despojado, sin familiares, aterrorizado, que dejó su padre muerto en un paredón de La Cabaña; o del que vino en una balsa a la deriva con el recuerdo de la dentellada del tiburón sobre el corazón de su madre; o del que voló feliz y pidió refugio al llegar a Miami. Todos tienen sus propios argumentos, sus propias razones, sus propias experiencias respetables porque todos somos victimas de la misma humillación.
Y aplaudo que la Torre de la Libertad haya sido declarada Patrimonio Nacional en EEUU. Tenemos que validar nuestros símbolos con la experiencia de este medio siglo que los tiranos y sus cómplices festejarán este primero de enero.
Esa Torre mostaza de estilo mediterráneo, Hialeah, la Pequeña Habana o el cementerio de cruces simbólicas por cada cubano muerto en su intento por escapar de la isla, son parte de nuestra verdad histórica, de la presencia de nuestra cultura, de nuestro rastro y de nuestra existencia y sobrevida, y de esta carga de dolor que arrastremos mucho más allá del final de la dictadura.

miércoles, diciembre 10, 2008

Sloopy Joe’s, entre las hendijas y la evocación

Acostumbraba a hacer la cola para tomar la ruta 22 en su parada inicial, al fondo del Palacio de Bellas Artes, en La Habana. Mientras esperaba la llega del ómnibus, me asomaba con afán de vouyerista, por la hendijas, entre las tablas que tapiaban el antiguo Sloopy Joe´s. Era un mundo de parálisis histórica, entre el polvo y la ruina. Dentro, permanecía la evocación perenne de la barra de caoba ennegrecida, banquetas olvidadas, antiguas fotos de boxeadores, barcos y artistas colgadas aún de las paredes del que fue uno de los más célebres bares del mundo.
Un día, muchos años después, me senté en las banquetas del Sloopy Joe’s de Kay West, al sur de la Florida. Fue la satisfacción de un antojo habanero. La misma identidad del ambiente enrarecido, las fotos en la pared, la barra ennegrecida de caoba. Pero 90 millas al norte de La Habana, este Sloopy Joe’s no era aquel que escudriñaba por las hendijas de las tablas, a pesar de que por las calles de Cayo Hueso, llenas de viejos rockeros y hippies empecinados, vagaban aún la memoria de José Martí y el mismo fantasma pintoresco de Ernest Hemingway.
Hoy, he descubierto esta foto del actor Spencer Tracy en el Sloopy Joe’s de La Habana, en 1958, gracias a que Google colocó el archivo fotográfico de la revista Life, al alcance de un click, como uno de los obsequios gráficos más importante de la cultura universal.

Tony Montana, 25 años después

Tony Montana cumplió 25 años. No de plena juventud, sino de plena vejez. La famosa película Scarface, que se estrenó en diciembre de 1983, es ahora cine viejo, pero, paralelamente, se ha convertido en un clásico de la evocación, la violencia y el lenguaje soez de sus personajes.
Entre los agradecimientos eternos está el estrellato de Michelle Pheiffer, una de los más sensuales rostros del cine que van desde la fiereza mujeril hasta la candidez romántica con una facilidad que alarma.
Otro es de carácter nacional. Tony Montana es un exiliado cubano del Mariel, aquel éxodo masivo de 1980 que metió, gracias a la pericia y el indecoro del régimen dictatorial cubano, a miles y miles de criminales en EEUU, sacados de las cárceles de la isla directo a los refugios de la Torre de la Libertad, frente a la bahía de Miami.
El gurú cubano de la cocaína que interpretó Al Pacino quedó como un icono de la sobreactuación, en consonancia con esa grandilocuencia falsa de la película que dirigió Brian de Palma sobre un guión de Oliver Stone.
La vi primera vez en casa de Fantomas, mi amigo de la Virgen del Camino. Había comprado en el mercado negro una video-cassetera y la película en una copia BHS en blanco y negro. Fue un acto casi delictivo, de insubordinación política, encerrados en el cuarto de la casa.
Lo peor era que Tony Montana, lejos de ser el antihéroe pretendido por De Palma, fue en La Habana de entonces, una figura emblemática. Un duro cubano del Mariel podrido en dinero y mandamás en Miami, capaz de bailar en casa del trompo. Montana fue imagen del triunfo en un país dónde los valores se perdían en medio de la miseria y las prohibiciones y cualquier cosa, por discutible que fuera, como ser zar de la droga, resultaba una señal de éxitos cuando alguien se escapaba del encierro nacional de la dictadura.
Por eso celebro los 25 años de Tony Montana. No los 24 muertos por segundo de celuloide, las montañas de cocaína, las malas palabras constantes de Al Pacino, los epítetos que se lanzan en los diálogos contra negros, latinos y mujeres. Scarface es un monumento a la negación, una blasfemia al respeto, la cordura y los derechos. Pero ha quedado como un filme referencial, es uno de esos fenómenos del arte que, sin saber por qué, no se pueden evitar.

jueves, noviembre 27, 2008

Y siguen siendo más famosos que Jesucristo

Cuarenta años después de su aparición en el mercado, en 1968, The White Album de The Beatles, ha sido mencionado por el Vaticano por primera vez, calificándolo como una “utopía musical, donde se encuentra todo y el contrario de todo".
Cuando el famoso cuarteto lanzó el disco (Cuyo verdadero nombre es “The Beatles” a pesar de conocerse universalmente como “The White Album”) el Vaticano se encontraba transitando una de sus etapas peores, pródiga en intransigencias a los riegos espirituales de una década llena de curas con la teología de la liberación debajo del brazo, revoluciones de corte marxistas, hippies, rock y LSD.
La respuesta de John Lennon durante una entrevista en 1966 a la televisión estadounidense, “Los Beatles somos más famosos que Jesucristo”, fue imperdonable para la Santa Sede, y los cuatro muchachos de Liverpool quedaron excomulgados para siempre.
La algarabía suscitada por aquellas declaraciones fue tal, que el mismo Lennon tuvo que enmendarla un día después: “No dije que The Beatles son mejores que Jesucristo, dije que somos más populares, como lo puede ser la televisión o cualquier otra cosa”.
Ahora, El diario del Vaticano, L’Osservatore Romano acaba de publicar un justificante artículo sobre The Beatles en el que eleva al altar de la gloria a John, Paul, George y Ringo y argumenta que aquello “fue una frase que suscitó profunda indignación pero que hoy en día suena más a una mofa de un joven de la clase obrera inglesa abrumado por el éxito”.
Dos de los cuatro muchachos ya mo podrán leerlo. A los otros dos sobrevivientes, creo que les importará poco; demasiado éxito e historia para ocuparse de la excomulgación en el otro mundo, si ya han sido comulgados en este.

lunes, octubre 27, 2008

La insoportable levedad de Milan Kundera

Cuando en su libro autobiográfico “Con la piel de cebolla” el escritor alemán Günter Grass confesó su participación en las Waffen-SS, cuerpo elite y brazo de combate de las SS alemanas, que bajo la dirección del nefasto Heinrich Himmler, fueron especialmente activas en la perpetración del Holocausto, el mundo abundó en comentarios y porfías por el pasado del premio Nobel de Literatura y premio Príncipe de Asturias, que con su tambor de hojalata tocó en su juventud, los ritmos de las marchas hitlerianas.
Pero Günter Grass se ha equivocado en conceptos mucho más razonables después de adulto. Recuerdo una entrevista que le hicieran en el tabloide cultural La Gaceta de Cuba a finales de los años 80 y que elogiaba ciertas virtudes discutibles de un socialismo cubano que él miraba turística e intelectualmente desde Berlín.
Los pecados de juventud bajo las presiones de los regímenes totalitarios, dejan de tener una connotación tradicional y el sentido de culpa tiene sus matices. Carlos Alberto Montaner decía recientemente, que “Acaso el gran culpable es el sistema. Un sistema que fabrica monstruos y obliga a las personas a ensuciarse las manos generando una terrible atmósfera de miedo y paranoia”.
Si no fuéramos a matizar esos pasados indecorosos bajo la tensión de la supervivencia en las tiranías, no hubiera salvoconductos para los terroristas de las FARC que se entregan, ni para los oficiales cubanos de la seguridad que se asilan en Miami.
Quienes, como los cubanos, llevamos medio siglo de dictadura absoluta, miedos y paranoia social, viviendo bajo el terror de los presidios, entendemos que hay un espacio reservado para la comprensión y el perdón, si es que aspiramos a darle un valor humano a todo lo que hemos sufrido, más allá de los rencores absolutos y las venganzas cinematográficas.
Más o menos es por ahí que entiendo lo que hoy acusa a Milán Kundera. Si pusiéramos en una balanza su obra de denuncia, profunda y cautivante, en la que nos vemos implicados quienes conocemos y vivimos o no experiencias similares, junto al contrapeso de que Kundera denunció en 1950 a Miroslav Dvoracek, “ex piloto del ejército checoslovaco, del que había desertado y ahora es un guapo espía que trabaja para Estados Unidos”, creo que, sin dudas, se inclinaría hacia el resto de su vida y no hacia el instante de la vileza.
Eso es una carga moral que Kundera tendrá que cargar con ella, pero al resto de la humanidad lo que le importa es la consistencia de su obra.
Para la miseria no creo que haya perdón. No lo ha habido para Günter Grass, para los oficiales de la Seguridad del estado cubano exiliados en EEUU. No lo habrá para Milán Kundera si se comprueba, definitivamente, que “chivateó” a aquel espía infiltrado a los 21 años de edad, temeroso y paranoico, en una Checoslovaquia de horrores estanilistas, donde mismo, 17 años después, se convirtió en uno de los héroes de la Primavera de Praga.
Demasiados exorcismos de esa culpa para avivar ahora el odio contra Milán Kundera. Demasiado show mediático de quienes no han vivido la experiencia del terror comunista de las dictaduras totalitarias de Checoslovaquia o de Cuba.
Para mí, Kundera está perdonado.

jueves, octubre 23, 2008

Dulces mentiras

“Es difícil imaginarse que Colin Powell apoyaría a un socialista”, dijo Barack Obama el pasado martes en Miami. Entonces ¿por qué apoyó Powell al candidato demócrata?
Ya sabemos, por boca del mismo Obama, que por socialista no es, lo que significa que, siendo él socialista, no es por ello que Powell lo dará su voto el próximo 2 de noviembre.
No lo digo yo, lo dijo Obama.
Por otra parte, Powell ha dicho que, a pesar de ser republicano y amigo personal de McCain, votará por Obama, lo que también descarta filiaciones políticas o simpatías personales.
¿Entonces…? ¿Es que el ex secretario de Estado tiene una motivación racial para apoyar a Barack Obama?
La deducción no es un simple ejercicio de posibilidades, sino la consecuencia más lógicas de las propias declaraciones de los protagonistas de esta historia. ¿O es que tiene usted un razonamiento distinto y mejor?
Yo creo que hay cosas que, como se dicen en mi pueblo, “se caen de la mata”. Y en estas propuestas no se razona con responsabilidad, porque estamos jugando al entusiasmo masivo de las palabras “change” o lo que es peor, “¡queremos parte de ese pastel!”, como corearon en el acto de Obama en el downtown de Miami, cuando el candidato demócrata definió la economía estadounidense posible tras la salida de la crisis, diciendo “Todos aquí quieren algo del pastel y nosotros aspiramos a que el pastel crezca para entonces pedir un trozo del pastel’’, dulce comparación para la exaltación del egoísmo populista que fragmenta cualquier sociedad. Ya eso lo hemos oído mucho en Latinoamérica.
Es más sabroso pedir un pedazo del pastel hecho que “fajarse” a hacerlo y quien promete esa filosofía del facilismo, triunfa.
Por ejemplo, la propuesta demócrata de subirle los impuestos a quienes reciben más de 200 mil dólares anuales ya ha comenzado a hacer estragos en la mayorías de las empresas estadounidense.
Un amigo que trabaja en una compañía de mensajerías en el NW de Miami, ya ha tenido la amenaza de su empresa de que si suben las cargas impositivas tendrán que reducir personal y recortar otros beneficios adicionales al salario que entregan regularmente a sus empleados.
Es lógico. Los más de 200 mil USD anuales que ha fijado como frontera para el incremento de impuestos bajo la consigna de “repartir las riquezas”, que promulga el senador demócrata (otra experiencia de trágicos resultados en Latinoamérica), engloba a la gran mayoría de los pequeños y medianos negocios del país, además de, por supuesto, las mega-compañías.
Las facilidades que China, India, Corea o Irlanda dan a los inversionistas, con impuestos del 17% (Obama aspira a incrementar el 30% de impuestos actuales que existe en EEUU) y las condiciones de mano de obra barata harán que muchas compañías estadounidenses emigren a esos países, en tanto las que no puedan hacerlo, quiebren. Consecuencias: un desempleo galopante con todo lo que eso acarrea.
Creo que el panorama está claro y frente a los ojos. No es problema de análisis conceptuales o lecturas entrelíneas. Es una reacción probada en la historia.
Claro que alabar con demagogias populistas y disfrazar alevosamente los programas peligrosos que se acunan, precisa de un apoyo logístico de propaganda que apunte, más a los sentimientos que a la razón. Y las masas tienen esa debilidad coral, reaccionan con más optimismo a la mentira edulcorada que al dolor razonado de la verdad. Otra experiencia vivida ampliamente “al sur del Río Bravo”.

martes, octubre 21, 2008

México, no son tiempos de danzones y boleros

Uno de los motivos que despertaron mis simpatías por el candidato republicado a la presidencia de Estados Unidos, ha sido su trabajo sostenido en busca de una solución migratoria que beneficiaría, sobre todo, a los emigrantes mexicanos indocumentados en suelo estadounidense.
Con más de una década exiliado en República Dominicana, he asumido la solidaridad con quienes saltan de sus trágicos países en busca de oportunidades y derechos, por encima de las restricciones legales y los egoísmos nacionalistas. Si el mundo se esgrime global y único para el comercio, las políticas y los mercados, entonces asumámoslo con la misma honestidad abierta para quienes huyen de las miserias de sus propias naciones.
José Martí escribió en el periódico El Nacional en 1889 que “si en la tierra donde nací no encuentro la libertad y el respeto para el que nací y lo encuentro en otra tierra, entonces mi patria no es aquella donde nací, sino la que me ha brindado la libertad y el respeto para el que nací”. Para el Apóstol, las reglas de la dignidad y la nacionalidad real estaban claras desde hace mucho más de un siglo.
El odio chovinistas de varias naciones europeas mediterráneas atenta con furia incontenible y racial contra los huidizos emigrantes del norte de Africa. Son historias de exclusión, abusos y humillaciones. Es el orgullo clásico, viejo y corroído como las columnas del Partenon.
Sin embargo, si el dolor de tantos años de exilio, la nostalgia contenida y la separación de mi calle, mis portales provincianos y el amigo de la infancia no me obligarán a resistirme a ser arrastrado por la indolencia de los gobiernos, yo preferiría ahora a Barack Obama como próximo presidente de los EEUU porque su conducta tradicional ha sido una negación rotunda a los acuerdos migratorios posibles que le darían un estatus razonable a los indocumentados mexicanos.
Que los deporten, los separen de sus sueños, sus familias, de sus esperanzas. Que en 48 horas los vuelvan a sus pueblitos indígenas sin discusiones ni alternativas. Que los hagan cruzar la frontera de regreso a casa a fuerza de cárceles, fusiles y odios.
Ni escrúpulos ni respetos. Que los echen y nada más.
Como mismo ha concebido legalmente el gobierno mexicano contra los cubanos que huyen de la dictadura más vieja del continente. Un acuerdo para deportarlos de suelo mexicano con destino a La Habana, donde les espera la exclusión, la represión y la venganza policial castrista.
La hipocresía tiene nombre y apellido. El presidente mexicano Felipe Calderón, su gobierno, la prensa mexicanas, las fuerzas públicas, las voces civiles, las clases académicas, artísticas, profesionales, los ciudadanos mexicanos exigen enérgicamente un estatus legal para sus indocumentados en EEUU, mientras concretan y aprueban semejante acuerdo contra los cubanos refugiados que llegan a México. Unos firman la infamia junto al canciller de La Habana, otros conspiran con su disimulo, su indolencia y su silencio.
Qué lejanos tiempos en que el bolero y el danzón viajaron en barcas de oro a tierras yucatecas y Rita Montaner cantaba criollas en las películas de los estudios Churrubusco.
La gloria de Cuba, arrasada por la tiranía más larga de occidente, es apaleada por la traición, la complicidad y la indolencia de un país que una vez creímos hermano.

miércoles, octubre 08, 2008

Divagaciones y diatribas

En su última reflexión, Fidel Castro enarbola la suerte cubana de que estamos exentos de la ola expansiva que ha traído la crisis financiera en EEUU. Castro asegura que “Cuba está a salvo” justamente por no depender del mercado con Norteamérica. Es como decir, que esta crisis no ha alcanzado a los cubanos porque, como metidos en una campana de cristal, inmunes a la realidad externa, estamos fuera del peligro exterior.
No sé si es cinismo o locura. Con casi medio siglo de crisis financieras perennes, ahora el cubano se enfrenta a la devastación total tras los dos ciclones que remataron la economía, la industria y la agricultura, ya devastada por el ciclón de los Castro.
Fidel, en su confort sublime, alimentado como un santo, aislado de una realidad nacional de la que ha estado aislado siempre, se permite las fantasías victoriosas sobre las ruinas de su creación. Sería penoso si no hubiera ocasionado tanta crueldad.
Yo creería que con esa verdad irrebatible delante, todo otro análisis es superficial.
Por ejemplo, detractores y defensores del embargo que EEUU tiene sobre Cuba, continúan blandiendo el argumento como si tuviera peso en la actualidad nacional.
El embargo, si debía quitarse, es por estéril, porque nada ha condicionado dentro de la Isla. ¿Es retorcido?, claro que lo es, sobre todo por ineficiente. Pero lo que nadie, ni unos ni otros, explican son las razones que ocasionaron declarar un embargo a Cuba.
Hay una deuda pendiente, una nacionalización voluntariosa sin que se cumplan las más mínimas responsabilidades éticas. Y eso es historia.
Por otra parte, quebrar el embargo ha sido fácil a lo largo de este medio siglo, es la prueba de su ineficiencia. Ahora mismo, EEUU es el tercer socio comercial de Cuba, pero hace más de 20 años, por Panamá entraban a Cuba los productos de fabricación estadounidense con absoluta libertad.
No sólo Panamá, México, por ejemplo, ha sido un constante puente comercial entre EEUU y La Habana. Ignorar las reglas que imponía el embargo se convirtió en un deporte global y Cuba tenía el comercio abierto y franco con Asia, Europa y el resto de las Américas.
Pero lo menos que Cuba ha querido en todo estos años, es justamente eso, quebrar el bloqueo. ¿Cómo matar la gallina de los huevos de oro, si el bloqueo (o el embargo) ha sido argumento constante para violentar todos los derechos y justificar la ineficiencia y el desinterés por abastecer al cubano de sus necesidades básicas de todo tipo, además del ardid perfecto para convocar la ayuda solidaria del resto del planeta?
El embargo no es posible levantarlo sin resolver la demanda que representa a una de las partes del conflicto, aunque nunca en la historia, el hambre ha liberado una nación.
Esta misma práctica habitual del gobierno cubano se ha manifestado explícitamente ahora.
Los argumentos de La Habana para rechazar la ayuda de EEUU por los desastres de los huracanes, rayan lo ridículo y sólo se sostienen en la irresponsabilidad.
Lo que EEUU pedía era hacer una valoración in situ del desastre antes de colocar los fondos para la ayuda, justamente lo que hicieron las demás naciones que enviaron ayuda a Cuba y lo que nomalmente, se hace en estos casos en todo el mundo. Nada extraordinario. El marketing cubano consistió en convertir un procedimiento natural en un show político, sin la menor condescendencia con una población que se deshacía en hambre y penurias. Ponerle a esa trampa el adjetivo de dignidad, es jugar la ruleta rusa o pecar de tontos.
Claro que EEUU tenía todo el derecho (y el deber) de condicionar la ayuda a Cuba por el ciclón. Por ejemplo, las planchas de zinc que llegaron en donaciones internacionales para reconstruir los techos de casas destruidas por los vientos, están siendo vendidas a los damnificados por las autoridades de la isla. La gente se queja de que en el Noticiero Nacional de TV se reseñan las llegadas de aviones con cargamentos de alimentos para los damnificados que ellos no reciben jamás.
No es esta la primera vez. Los cubanos sabemos que se ha repetido a través de los tiempos. Leches en polvo, aceites, enlatados y otros productos donados a Cuba por la Comunidad Europea, suelen ser vendidos en tiendas especiales que comercian en dólares y otras monedas fuertes. Cuba envió recientemente millonarias ayudas en alimentos a Jamaica y Haití para los damnificados de estos dos ciclones mientras la isla sigue devastadas.
Es más importante la manipulación política que el horror dantesco que se vive allá dentro.
Yo he llegado a la conclusión de que, a diferencia de Danton, el revolucionario lo que necesita es “mucha irresponsabilidad”, un fundamentalismo ciego a favor de su ideal sin sopesar los daños que cueste. Es el resultado final de todas las revoluciones.
Hace apenas unas horas, terminó el segundo debate entre los dos candidatos a la presidencia de los EEUU. Latinoamérica brilló totalmente por su ausencia. No está entre los temas primordiales de sus campañas, y eso responde al desinterés del votante estadounidense. Sin embargo, me asusta siempre escuchar la palabra “cambio” porque tiene un tufo revolucionario.
No creo que “cambio” sea un argumento con pruebas históricas suficientes como para creer en él como en un acto de fe. Primero, porque “cambio” implica renunciar a una serie de conquistas válidas y de tránsitos positivos y, además, porque como mismo prefiero “evolución” a “revolución”, me inclino por “continuidad” en vez de “cambio”, porque la continuidad es el perfeccionamiento de sistemas ya establecidos, la corrección de ellos hacia estatus superiores. En contraste, el cambio es un reinicio, un experimento que acaba de comenzar y que nunca sabremos a qué va a dar lugar.
Che Guevara, uno de los personajes más cuestionables de la historia latinoamericana moderna, y de quien se pueden sacar muchas mas citas negativas que positivas, replanteaba aquella vieja sentencia fascista diciendo que “oigo hablar de cultura y me llevo la mano a la pistola”. Yo he llegado a padecer de la misma predisposición irracional y cuando oigo hablar de “socialismo”, me llevo las manos a la cabeza, Es el susto.
Demasiadas malas experiencias para que ahora tratemos de disfrazar el mismo equívoco que nos ha costado tanto, con un apellido nuevo. Me niego a nuevas simulaciones para terminar atentando contra mi integridad moral y económica, contra mi libertad, ya sea Zapatero, Chávez o Fidel.

lunes, septiembre 22, 2008

El clon entre las ruinas

Los intelectuales y artistas cubanos fueron a Isla de Pinos y Pinar del Río, a trabajar voluntariamente en la recuperación de los desastres ocasionados por los dos últimos huracanes.
La noticia resulta simpática cuando uno decide tomar ligeramente lo que en realidad ofende.
Cuando la leí en el email de un amigo, me sorprendí; cuando vi las fotos en la página web La Jiribilla, tuve la doble sensación de morirme a carcajadas y vomitar.
Aquellos gordos y viejos personajes fantasmagóricos, viviendo de la nada cotidiana en un país donde les pagan por esas payasadas de ocasión, escritores devenidos profesionales por la obediencia, acostumbrados a no trabajar más allá de las tertulillas de la UNEAC y las reuniones entre amigos cuando desatan su ingenio cultural criticando la dictadura que obedecen día a día, encaramados en los techos de casas destruidas, haciéndose fotos publicitarias y declarando que “estaremos aquí hasta que la revolución nos necesite”, porque no han tenido el valor de decir que el motivo de ir a esas zonas desastrosas ha sido ayudar a la gente simple que pudiera necesitarlo y no las alabanzas viles a la “revolución”.
Demagogia latente, inutilidad y aburrimiento, además de la protección de sus privilegios vitales en La Habana, movieron a esta brigada de artistas “Venceremos”, en lujosos ómnibus y campamentos de estilo turístico donde beben y comen lo que les falta a los damnificados debatidos entre el desamparo y el dolor.

viernes, septiembre 19, 2008

Anuncio: se vende historia, moral y tejas

Diecisiete días después de la última ráfaga del huracán Ike, cuando han bajado los ánimos y el desastre se va convirtiendo en paisaje cotidiano, cuando la desesperanza es una actitud asumida y los rencores iniciales degeneraron en la impotencia acostumbrada, Raúl Castro con rostro fresco, descansado y feliz, después de siestas, vodkas y desayunos, apareció por primera vez esquivando las tumbas, los derrumbes y los desamparados para soltar una frase recriminatoria: “Hace falta que las personas sientan la necesidad de trabajar, y no la sentimos''. Fue lo que se le ocurrió decir.
El cinismo no es una sorpresa en Cuba, ya Fidel eligió la dignidad en harapos en vez de la ayuda humanitaria, como mismo una vez definió a las jineteras cubanas como “las prostitutas más ilustradas y sanas del mundo”.
Los Castros pueden jugar con frases gloriosas porque a ellos no se les caen los techos ni les falta la proteína. A ellos nadie los calla, los reprime, los humilla. Para ellos los huracanes es un juego de ajedrez con Dios mientras las torres y los peones caen desfallecidos.
Un amigo recibió un email desde La Habana: "...estoy muy deprimida por los horrores que han acontecido aquí después del huracán, realmente estoy muy triste, imagínate que todos los días en la tv ponen aviones con millones de tejas y comida y materiales que llegan de una pila de países para los damnificados en calidad de donación, y me acabo de enterar que se los están cobrando en moneda nacional; imagínate una gente que se acaban de quedar sin nada, cómo cojones van a pagar una singadas tejas para los techos. No, vaya, que me asombro y me abochorno cada día más, no de ser cubana, pero sí de no quererlo ser más".
Lo copio textualmente a pesar de los fuertes calificativos porque sólo así traduce la ira incontenible de esta mujer.
Pero, ¿por qué no van a vender las donaciones si han vendido la historia y la moral de un pueblo?

jueves, septiembre 18, 2008

Los balseros del espacio sideral

Guantánamo tiene una guajira famosa y un cosmonauta. Arnaldo Tamayo Méndez, el primer cosmonauta cubano, finalmente puede encontrar algo de qué ocuparse.
Su última aparición pública fue cuando el cantautor Amaury Pérez lo entrevistó en su programa de la TV cubana:
- Arnaldo, ¿y qué es lo que más extrañas en tu vida?
- Yo extraño el cosmos.
Conmovido, respondió Tamayo, que estuvo tres metros sobre la atmósfera durante apenas una semana, acompañando a Yuri Romanenko en la Soyuz 38, el 18 de septiembre de 1980. Y aseguran que bajó con las manos inflamadas.
Desde entonces, con los pies en la tierra, Tamayo ha vivido entre las nubes.
Sin embargo, hoy ha aparecido en la prensa inrernacional una noticia que le devuelve la emoción al cosmonauta cubano: MADRID.- Rusia ha hecho pública su intención de transferir tecnología espacial y de prestar ayuda a Cuba para que desarrolle su propio centro espacial. El anuncio lo desveló el jefe de la Agencia Espacial Rusa Roscosmos, Anatoly Perminov, después de las conversaciones mantenidas en Caracas junto a funcionarios venezolanos y una delegación de La Habana.
“Le traquetea el mango”, diría mi abuela.
Según la noticia, se ha discutido la posibilidad de establecer en Cuba un Centro de procesamiento de datos de información satelital sobre la Tierra y aprovechar conjuntamente sistemas de telecomunicaciones espaciales.
¿Para qué quieren instalar un centro de observación espacial en Cuba si los cubanos no tienen techo ni tejas después del pasó del huracán? Viven mirando a las estrellas.
Antes de ocuparse de la ingravidez, hay que clavarse grávidos a la tierra, es decir, guataquear el corte de boniatos. Es más urgente reconstruir una industria de cucharas que un casco de cosmonauta; liberar las comunicaciones terrenales que las celestiales; garantizar la libertad individual que las maromas extra-atmosféricas.
Si no, con la barriga vacía, llenos de desesperanzas, los cubanos comenzarán a utilizar las Soyuz de Guantánamos, Caibarién o Pinar del Río, para irse a los Cayos de la Florida y esteremos promoviendo una nueva oleada de exiliados en balsas espaciales huyendo al espacio sideral.

martes, septiembre 16, 2008

A calzón quita’o


Nota Verbal de la Sección de Intereses de Cuba en Washington que fue entregada al Departamento de Estado de los Estados Unidos de América a las 8:15 pm de hoy, 14 de septiembre de 2008
La Sección de Intereses de la República de Cuba de la Embajada de Suiza saluda al Departamento de Estado de los Estados Unidos de América en ocasión de referirse a su Nota No. 256/19, de fecha 13 de septiembre de 2008.
La Sección de Intereses de Cuba en Washington desea comunicar al gobierno de Estados Unidos que nuestro país no puede aceptar una donación del gobierno que nos bloquea, aunque está dispuesto a comprar los materiales indispensables que las empresas norteamericanas exportan a los mercados, y solicita la autorización para el suministro de los mismos, así como de los créditos que son normales en todas las operaciones comerciales.
Si el gobierno de Estados Unidos no desea hacerlo definitivamente, el de Cuba solicita que al menos lo autorice durante los próximos seis meses, en especial si se toman en cuenta los daños ocasionados por los huracanes Gustav e Ike, y que aún faltan los meses más peligrosos de la temporada ciclónica.
La Sección de Intereses de la República de Cuba de la Embajada de Suiza aprovecha la ocasión para reiterar al Departamento de Estado de los Estados Unidos de América el testimonio de su consideración.
Washington, 14 de septiembre de 2008.

"A Calzón quita'o"
Dejémonos de cuentos, en Cuba todo es político. Desde la guardia del CDR hasta las relaciones íntimas en la cama. Nada está exento del matiz revolucionario. En un país donde todo, absolutamente todo tiene la huella indisoluble del estado (o del gobierno, en Cuba es la misma cosa), nadie puede lanzar una piedra argumentando otra razón que no sea política. Lo demás es manipulación o hipocresía.
Quien abandona Cuba nunca lo hará por motivos económicos, como suelen decir últimamente equiparando las motivaciones de la emigración cubana con las demás de Latinoamérica o del norte africano. El cubano está marcado invariablemente por el apellido político en todas sus decisiones de la vida. No lo digo yo, es la etiqueta que nos colgaron hace ya 49 años y ahora no es posible desprenderla.
Los motivos que hicieron emigrar a un cubano cualquiera pudieron ser comer mejor, comprar más, vivir confortablemente o hablar lo que le plazca porque en Cuba todo eso no le ha sido posible, no por disposiciones económicas, sociales o empresariales, sino políticas. Si sus esperanzas de progreso simples y superficiales como aspirar a un televisor plasma de 47 pulgadas, no las puede cumplir en Cuba, no es por sus posibilidades personales, sino por las reglas gubernamentales. Usted se marcha tras el televisor no porque sea un tonto superficial que vive con el sueño de una tv plasma de 47 pulgadas, sino porque la política de su país le impide aspirar a ese sueño material, el suyo, porque en Cuba la política también quiere imponerle y administrarle los sueños.
El personal diplomático cubano capaz de las peores vilezas o de los mayores disimulos para mantenerse en una sede en el extranjero y no regresar a la Isla, ha encontrado sus ardides para aspirar a las mismas esperanzas que un balsero.
Entonces, dejémonos de cuentos. La ayuda que EEUU ofreció a Cuba tras el paso de los huracanes (y que a pesar de la negación cubana envía a través de instituciones caritativas canadienses) no se define como política o no por la competencia entre demócratas y republicanos, entre la “mafia” cubana de Miami o los “amigos de Cuba”, entre los viejos exiliados y las nuevas generaciones, entre los ecologistas o los fundamentalistas, entre gordos y flacos, negros y blancos, altos y bajitos, embargos y bloqueos, sino porque todo lo que atañe a Cuba tiene, invariablemente, una etiqueta extremamente política colgada de antemano por la revolución desde hace 49 años.
La nota de la oficina de intereses de La Habana en Washington es la confirmación de esta realidad. La comisión estadounidense para evaluar los daños del ciclón antes de enviar los 5 millones de dólares, es la misma que La Habana le permitió a México y otros países, pero la de EEUU no, porque esta era la oportunidad política de mostrar su intransigencia revolucionaria. Es mejor argumentar el sempiterno espejismo del “bloqueo” que aliviarle la vida a 35 mil damnificados, sin agua, casa ni comida.
Tras el paso del ciclón, las primeras páginas del diario oficial Granma, son coleccionables. Todos son grandes titulares gloriosos y triunfantes, mientras los cubanos se deshacían en penurias, impotencia y dolor. ¿Y qué importan los cubanos ante la alternativa de exhibir la falsa dignidad en harapos?

jueves, septiembre 11, 2008

En Pinar del Río, Cachita no tuvo celebración

La Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba y la más venerada de todas, no tuvo celebración, misa ni adoraciones en la catedral de Pinar del Río, a pesar de que el pasado 8 de septiembre, se congregaron en el templo y en sus jardín frontal, cientos de adoradores para compartir las ceremonias, rendirle honores y rogarle a Cachita por los pesares constantes y cotidianos en la Isla.
Pinar del Río apenas respiraba este 8 de septiembre, después del azote de los ciclones. Gustav y luego Ike, serán recordados por su ensañamiento con el occidente cubano. Los dos huracanes terminaron por devastar la provincia dejando una larga estela de desolaciones, derrumbes y dolor.
Pero la Catedral de Pinar del Río, con sus muros amarillos, no bastaba para acoger a los fieles que asistieron, llegando desde la ciudad y de todos los pueblos y campos cercanos.
Ese día hubo electricidad, el sol había salido y el clima le daba un respiro a la gente, confesó un católico laico pinareño, amigo mío por demás.
Pero el Comité Provincial del Partido Comunista, decidió comunicarle al párroco de la Catedral más occidental de la Isla, que las ceremonias, misas y conmemoraciones habían sido prohibidas.
Nadie ha dicho por qué, nadie ha encontrado una razón. Ni monseñor Jorge Enrique Serpa, obispo de la Diócesis de Pinar del Río, lo ha podido explicar.
Los fieles se fueron a sus casas, cabizbajos, ofendidos y curiosos.
¿La fragilidad revolucionaria habrá temido de la concurrencia, de la conglomeración, de la susceptibilidad atrevida, de que el dolor vivido por la fuerza brutal de la naturaleza convirtiera la desesperación común del cubano en una manifestación de rebeldía? ¿Habrán temido al milagro de la Patrona de Cuba?
Este 8 de septiembre, las celebraciones por la Virgen marcaban el comienzo del trienio preparatorio del Año Jubilar Mariano del 2012, en ocasión del 400 aniversario de la aparición de la imagen religiosa en la bahía de Nipe, en Holguín.
Pero los pinareños no pudieron adorarla unidos; la inseguridad y el temor de la dictadura lo prohibió, justamente ante al panorama aterrador dejado por los huracanes.
Esa noche, cada uno de aquellos fieles regresó a su casa y le encendió una vela a la Vírgen de la Caridad del Cobre. No lo sabremos, pero todos podemos presumir qué le pidieron los pinareños a Cachita en sus plegarias.

viernes, septiembre 05, 2008

Republicanos; la convención que nos agarró “fuera de base”

Con una inversión 90 millones de dólares menos que la demócrata, los republicanos tuvieron su convención. Tampoco faltó el cierre carnavalesco. En vez de fuegos artificiales, globos. Por lo demás todo fue más o menos igual, los saludos, las sonrisas, el familión como una caravana en el escenario. Cantos, música, coros y aplausos, sólo que dos o tres intolerantes hicieron su triste show en las gradas del Xcel Energy Center, interrumpiendo los discursos y la celebración y, con más penas que glorias, fueron sacados del recinto junto a una frase de McCain: “Tenemos que dejar de gritarnos los unos a los otros".
Distante de su oponente demócrata, el candidato republicano aceptó su nominación con una retórica muy lejos de la esperada, distanciado del tradicional contraataque de su partido. En vez de dividir, unió; en vez de agredir, concilió; en vez de guerrear, proclamó amor, paz, comunión de todos por el futuro de la nación.
En vez de descalificar a Obama, le confesó “mi respeto y mi admiración” y recordó que ambos son estadounidenses, "y eso es lo más importante". De su contrincante sólo esta y otra alusión: “Extenderé mi mano a todo el que quiera ayudarme a sacar este país adelante. Tengo esos antecedentes y las cicatrices para probarlo. El senador Obama no los tiene''.
Creo que el discurso fue así por tres razones: Primero, alejarse de la postura demócrata; segundo, insistir en que “el cambio” necesario está en su terreno y no en el de Obama; tercero, bajarle el tono a la convención que traía los ánimos exaltados.
La noche anterior, las comparecencias del senador Huckebee, el ingenio demoledor de Giuliani y la explosiva intervención de la candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, habían levantado ronchas en los opositores.
Palin se lució en su papel, con destreza inesperada convirtió los ataques en ventajas, exhibió su belleza, su familia, sus trabajo y dejó una imagen positiva que disfrutaron 37.2 millones de espectadores, más que los 34 millones que vieron la inauguración de las Olimpiadas de Pekín y los apenas 24 millones que escucharon a Joe Bidem (según la consultora de audiencias Nielsen).
¿Se le fue la mano a la gobernadora de Alaska? Muchos han sugerido una conducta ingrata después del comportamiento de Obama cuando aparecieron las noticias sobre el embarazo de la hija menor de Palim. Obama le lanzó un ramo de rosas, Palin le devolvió con misiles de ironía. Con ingenio, lo ridiculizó a veces y demostró el duro juego republicano porque, alguien pudo entenderlo así, las lisonjas demócratas podían presumir fines subliminales en competencia.
Sin embargo, el jueves, John McCain desarrolló un propósito que lo consagra como “distinto”, “rebelde” e “independiente”, poniendo un muro entre su candidatura y el gobierno de George W. Bush, su mayor opositor. McCain atacó “el constante rencor partidista que obstruye la solución de esos problemas no es causa sino síntoma'', dijo y advirtió, "Déjenme ofrecer un aviso a la gente de siempre en Washington, la que no hace nada, gasta mucho, piensa en ella primero y en el país después: se acerca el cambio".
Confesiones muy personales de su etapa en Viet Nam, un tono casi íntimo y un ritmo apacible, ofrecieron el clima necesario para los republicanos. John McCain no discursaba en campaña política, confesaba a sus amigos su verdadera pretensión en la presidencia del país. Fue duro, sancionó verbalmente a los rusos, al terrorismo, pero sin el tono amenazante habitual. Lindó con cuidado las ofertas demócratas sobre la energía pero le adicionó sus propios proyectos. Y, sobre todo, terminó recordando el dolor de su familia por los riesgos de la guerra, prometiendo poner su experiencia “para conseguir una paz estable y duradera”.
El cierre de la convención republicana ha de cambiar la estrategia demócrata. La campaña por la presidencia comienza ahora y el votante quiere escuchar alguna vez, que los candidatos de uno otro bando hablen sobre las pérdidas hipotecarias, la disminución del nivel de vida, la crisis financiera nacional, el costo de los alimentos, el desempleo, los problemas reales que afectan al contribuyente estadounidense, porque ambos, Obama y McCain, Bidem y Palin no lo ha hecho aún.

martes, septiembre 02, 2008

Su razón, el crimen

Un taxi con 90 kilos de explosivos estalló en la madrugada de ayer lunes, en una céntrica calle de la ciudad de Cali. Colombia llora hoy otra represalia de las FARC por los golpes legítimos que han recibido en lo que va de año.
Los narco guerrilleros acuñan su condición de terroristas. Negados al diálogo, a la confrontación de ideas y a la democracia, asumen la rabia intolerante propia de las izquierdas extremistas latinoamericanas, matando inocentes y sembrando el terror aprendido de sus ilustres apellidos, Castro, Stalin, Mao.
Por el ajusticiamiento de Raúl Reyes, ahora le entregan a Colombia la muerte de tres indigentes que dormían en la zona atacada y de una mujer que transitaba por el lugar. Otros 26 civiles resultaron heridos. La gente se debate entre la rabia y el dolor. Esa es la promesa patriótica de las FARC, la reincidencia de su conducta histórica impuesta a tiros, bombas y masacres.
La columna ‘Manuel Cepeda Vargas'' de las FARC, liderada por Carlos Hernán Zapata, alias "Narices'', realizó el atentado, que tenía como objetivo el Palacio de Justicia de Cali donde se procesan importantes casos judiciales contra delincuentes comunes, paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes.En abril del 2007, las FARC destruyó la sede del Comando de la Policía Metropolitana de Cali con un carro bomba que dejó un saldo de un policía muerto y 21 heridos graves; en febrero de 2008, cometieron un atentado de grandes proporciones en Buenaventura, principal puerto marítimo sobre el Pacífico, que dejó un muerto y ocho heridos; el pasado mes de marzo, el grupo terrorista cometió seis atentados dinamiteros de mediano poder en la ciudad de Bogotá.
Es el consuelo de los cobardes que aplauden presidentes suramericanos de complicidad criminal y testaferros a lo largo del continente, como el conde frustrado que padecemos en República Dominicana.

lunes, septiembre 01, 2008

Mi mano con Cardenal

Lo conocí hace muchos años frente a uno de los más espectaculares paisajes cubanos. Los mogotes, como elefantes verdes, se alzaban en el atardecer sobre el Valle de Viñales. Era el año 1971. Recostado a la baranda de hierro, a un lado de la piscina, casi sobre el Valle profundo, con la colonial estampa del Motel La Ermita, Ernesto Cardenal conversó durante varias horas con nosotros. Éramos entonces un grupo de aprendices de escritor emocionados ante la paciente palabra del sacerdote poeta, conversacionalista hasta la médula y lleno de convicciones a medio camino entre la guerra y el espíritu.
Poco después, el gobierno triunfante sandinista, del que fue Ministro de Cultura, se me mostró equívoco. Cardenal se alejó del verso, la apaciguante maravilla de Solentiname dejó de serlo en el fragor político de Nicaragua y el viejo sacerdote poeta se me diseminó entre las noticias adversas de la prensa y mi oposición a sus posiciones políticas.
Ernesto Cardenal quedó como referencia de un tiempo especial y una poesía con el tono sublime con que conversamos frente al impresionante valle del occidente cubano.
Hoy, Daniel Ortega lo persigue. Odios políticos e intransigencias aprendidas de la revolución, de cualquier revolución, han desatado la furia de uno de los personajes más nefastos de la historia contemporánea latinoamericana.
Cuando la toma de posesión del nuevo presidente paraguayo, Fernando Lugo, Ortega fue impedido de asistir, rechazado por la mujeres de Paraguay que no le perdonan la violación de su hijastra, una acusación probada que fue disipada por la corrupción del poder en Nicaragua. En tanto, Cardenal fue recibido con clamores.
Convertido en un severo crítico de este segundo gobierno de Ortega, Ernesto Cardenal ha sido condenado por supuesta injuria al revivir un expediente que había prescrito en 2005. Ortega quiere meterlo en la cárcel convocando la manipulación de su compinche y juez de Managua, David Rojas.
Muchas voces se han levantado ya contra el atropello y otras se levantarán.
Cardenal tiene en contra, a los testaferros de Ortega, a la despreciable Rosario Murrillo y al presidente Daniel, que con los frutos de aquella “piñata” con que terminó su primer mandato presidencial, ahora se pasa al bando de las mafias políticas continentales.
A su favor, el poeta-sacerdote tiene al resto del mundo.

viernes, agosto 29, 2008

Demócratas; el show más caro de la historia

Con música, fuegos artificiales y papelitos en colores volando, terminó la Convención del Partido Demócrata en la ciudad de Denver. El inmenso estadio de Mile High parecía estallar por una multitud de más de 84 mil personas. La gente sonreía, aplaudía, lloraba de emociones. La estrella de CNN en español, Patricia Janot, se regocijaba en una sonrisa complaciente que no lograba controlar ni con el ejercicio de tantos años de desempeño periodístico profesional.
En el escenario, una inversión superior a los 100 millones de dólares mostraba su empuje arrebatador. Fue el show más caro de la historia política estadounidense.
Barack Obama confiaba en el poder de convicción de ese presupuesto, lo demostró moviéndose convencido desde su tribuna azul, manejando los telepronters con agudeza natural, apuntando al corazón de los estadounidenses, aprovechando el matiz farandulero que le han atribuido sus opositores, escenificando los encores como la misma sonrisa triunfante de las estrellas del pop.
Talentoso en las promesas, con el ardid de la mirada a largo plazo, usando el futuro como el banco paciente de las esperas, Barack Obama aceptó su candidatura para la presidencia de los EEUU en un discurso evasivo, donde Europa y Latinoamérica estuvieron totalmente ausentes, apenas se refirió a Georgia o Afganistán, colmó el ambiente de soluciones para dentro de 10 años (su gobierno podría ser sólo de 4) y llenó de música los oídos de los presentes hablándoles, con simpleza popular, de la salud, la educación, los beneficios a los pobres, el acceso total a la universidad, muchos programas de paternalismo gubernamental sin un solo elemento que nos haga presumir cómo es que lo va a lograr.
Cuando se erigió continuador de la obra de los demócratas en el poder de la nación, los nombró hasta Kennedy, y detuvo ahí su cuenta comprometedora.
Un documental biográfico de altos ingredientes sensibleros, precedió su discurso, pero no complacido, Obama se ocupó de repetir su historia de telenovelas. Hubo muchas lágrimas, no lo niego.Claro, por ahora los estadounidenses seguirán dependiendo de los combustibles fósiles del medioriente y de Venezuela, Obama no anunció una sola solución inmediata, pero dentro de 10 años, el candidato demócrata promete autoabastecer al país de energías renovables y verdes.
De las cargas impositivas ni una sola palabra directa, pero entre líneas dejó claro que los programas sociales pretendidos precisarán del “sacrificio de todos”, entre ellos (a buen entendedor con pocas palabras bastan) más impuestos.
Alabó a su contrincante republicano con cuchillo de doble filo. Confusos párrafos para los inmigrantes y alusiones muy bien sopesadas para poder decir, sin decir nada, al aborto, los homosexuales, las lesbianas. La familia no se quedó atrás, la gran institución. Y el medio ambiente lo prometió más verde que la misma esperanza. Ah, las mujeres, ¿cómo iba a olvidar ese detalle en el coctel de moda?
Dijo lo que la ingenuidad colectiva quería escuchar. Fue el denominador común de estos cuatro días de la Convención demócrata, de los oradores y sus familias, muchas familias, niños, globos y besos emocionados. Ted Kennedy como una referencia sacada de un manual de historia y un Bill Clinton acodado en el éxito de su gestión. Lo demás fue intrascendental y a veces penoso, como escuchar a Hillary Clinton y a Joseph Biden contradecir sus propias palabras sobre la inexperiencia y las dudas de que Obama pudiera conducir esa nación.
El final fue la coda de los grandes espectáculos de rock pero nos quedamos sin nada concreto en las manos, porque tras repetir su slogan de "cambio en el que podemos creer", a esta altura del juego electoral Obama sólo pudo prometer "definir exactamente qué es lo que puede significar ese cambio". ¿Y es que aún él mismo, como todos nosotros, no lo sabe?
Desde que comenzó esta campaña he insistido en que Barack Obama ha utilizado el estilo propio del populismo en la política latinoamericana. Es una tradición a la que estamos acostumbrados en nuestras naciones, llena de promesas inconsistentes, vendiéndole sueños a los electores, polarizando las divisiones simplistas entre ricos y pobres, hablando de lo que la gente quiere escuchar, inundada de paternalismos. El electorado de Norteamérica no conoce ese tipo de campaña alevosa y ha sido sorprendido entre los pesares de una realidad económica cruda y un paquete de promesas y sueños.
Rasgar en ellos para saber hasta dónde pueden ser posibles es cortarles las alas a la esperanza. Ahora, la demagogia política latinoamericana clava su dulce pico en la ingenuidad de los estadounidenses.

viernes, agosto 15, 2008

Latinoamérica; mestiza y real

Hay veces en que la idiotez pierde sus límites. Es cautivante y crea espejismos. Günter Grass escribió que a los dictadores los hacen los entusiastas. Tengámoslo en cuentas.
El presidente venezolano Hugo Chávez propuso cambiarle el nombre al continente pasándolo de Latinoamérica a Indoamérica. Lo lamentable es que muchos le siguen la corriente con discusiones, foros y encuestas.
Dejémonos de ilusiones, en Chávez no hay la menor fundamentación teórica, no es que leyó las propuestas del peruano Haya de la Torre, del escritor Carlos Fuentes, del historiador venezolano Guillermo Morón, ni del mexicano Fernando Nimrod Moreno García. No es fundamentación lo que rige el pensamiento chavista, si no fundamentalismo.
A Chávez se le ocurrió lanzar otro disparate mercadológico durante la clausura del “Congreso Bolivariano Indo-americano Jóvenes Guerreros Indígenas contra la miseria y el imperialismo” celebrado en Caracas. Ya el nombre del Congreso se las trae, pero el mandatario venezolanolanzó la propuesta del nuevo nombre continental y, quizás, hasta lo decrete en su feudo, como sucedió con el apellido “bolivariano” que le colgó a Venezuela.
No hay dudas de que la raíz latina de nuestras lenguas nos abraza, y que el idioma es el centro de la cultura y la cultura define la idiosincrasia de una nación. De origen latino son todas nuestras conciencias nacionales. Hasta ahora, es la mejor opción.
Lo que llegó de Africa, del lejano oriente, o de Inglaterra, Holanda y Arabia fue declinando por la preponderancia latina. Lo demás era Italia y Portugal y, por supuesto, lo poco que quedó de la devastada herencia indígena, más notable en el continente, imperceptible en el Caribe, pero siempre menor, débil, primaria y asimilada por la civilización.
Obviemos la demagogia. Cuando los mayas se guiaban por el calendario, da Vinci estaba pensando en volar. El Popol Vuh no podía leerse con la facilidad de la Divina Comedia, Hamlet o El Quijote gracias a la imprenta de Gutenberg. Las figuritas antropomorfas en los petroglifos taínos de las cavernas del Caribe, no influenciaron los frescos de Miguel Angel en la Capilla Sixtina; como los palos y caracoles percutidos de los incas distaban de las polifonías corales en el barroco alemán de Juan Sebastián Bach.
El indigenismo es retrógrado, tanto como Evo Morales. Pero a diferencia de este, el indigenismo vale asumirlo en su justa medida original, histórica y cultural.
La pretensión de llamar indoamérica al continente que habitamos, es un acto de hipocresía racial, una nominación que excluye a las grandes mayorías que han nacido en esta parte del mundo durante los últimos 500 años de existencia testificada. Todo lo anterior, es prehistoria, o sea, convertir las vacas en mamuts, los elefantes en dinosaurios.
Es sólo terreno fértil para el estudio de los antropólogos y para los políticos que especulan con el hambre, la pobreza y la miseria de esas comunidades indígenas que, en Suramérica, le entregan sus votos a los demagogos y populistas que llegan en campaña con promesas falsas y dos libras de harina, mientras las conservan en el patio del desarrollo, el bienestar, la educación y la tecnología para exhibirlas en congresos como el de Caracas, con el mismo afán de los cirqueros.

miércoles, agosto 13, 2008

Lin y Yan, el “cuento chino” que le faltó a Oppenheimer

Un amigo empresario que fue a China para concretar un negocio, regresó contándome sobre el crecimiento económico del país y la apariencia de confort y entusiasmo de su gente.
Quisiera creerle con la misma candidez, pero recuerdo que viviendo en La Habana, debí soportar a cientos de empresarios extranjeros como él, que iban en busca de negocios a Cuba, decirme que el pueblo le hablaba maravillas de Fidel y del sistema.
Con medio siglo de dictadura, Cuba es apenas un aprendiz al lado de la larga experiencia china en estos menesteres de la represión y la inducción de la autocensura y el terror, de la doble moral y la sobrevivencia, donde, en vez de encarcelar a los discrepantes, opositores y disidentes, los masacra en medio de la ciudad.
He rechazado las tesis incautas sobre el bienestar y la experiencia chinas, la opinión de quienes miran desde el lunetario y no pueden escuchar el rumor entre bambalinas o la vergüenza encerrada en los camerinos. Ese es otro “Cuento chino” del que Andrés Hoppenheimer no ha sabido hablar. Ni tampoco mi buen amigo con quien empecé esta historia.
Hoy, acaba de conocerse una muestra simbólica de ese engaño vil.
La preciosa niñita Lin Miaoke, impresionó al mundo cuando cantaba “Oda a la madre patria” en la inauguración de las Olimpiadas de Pekín. Pero hoy se acaba de conocer que Lin sólo movía mímicamente la boca, porque la cantante real era otra niña, Yang Peiyi, quien interpretó la canción inaugural pero que el Buró Político del Partido Comunista Chino, decidió que no podía salir al escenario porque no era linda y risueña como Lin, quien representaría ante las cámaras el rostro esperanzador, bello e impresionante que el comunismo chino quería ofrecerle al mundo.
El director musical de la ceremonia, Cheng Qigang, fue quién reveló la farsa y argumentó que fue una decisión “aprobada por las altas figuras del Polish Buró”.
El engaño del que fue víctima el mundo, es el reflejo conciso de cuánto se puede esperar de los regímenes dictatoriales comunistas y las tendencias ultra-izquierdistas que siguen las mismas huellas.
Ha sido un show horrendo, despiadado e indigno que dañó la integridad de Yang Peiyi, colocada en la trastienda, a la oscuridad, en el anonimato para dimensionar el brillo y el éxito de Lin Miaoke, por la decisión política china de engañarnos a todos con su imagen de bondad, apertura y crecimiento.
Me pregunto, ¿no será el rostro bello de Lin lo que ven en las calles de Pekín Hoppenheimer y mi amigo empresario en vez de la cara oculta de Yang aterrorizada tras la fachada?

Rusia: vodka y misiles.

La mafia rusa no la inventó la democracia, sino que la heredó tras medio siglo de ejercicio de ejercicio criminal desde el KOMSOMOL, la KGB o el PCURSS.
Ahora Rusia, tradicionalmente totalitaria con Putin en el rol principal, bombardea a Georgia. Vaya papel de las fuerzas de paz rusas en Osetia de Sur, paz a cañonazos con la venia y celebración de Raúl Castro en La Habana, que cada día imita más a su hermano. Fidel apoyó la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968, Raúl hace el remake apoyando la invasión rusa a Georgia en el 2008. Vaya coincidencias.
El sábado, agosto 9, Tiflis declaró el cese al fuego y Mijaíl Saakashvili propuso el cese inmediato de las hostilidades en Osetia del Sur y el inicio del proceso de desmilitarización de esa región separatista georgiana, pero precisamente este fin de semana, los rusos aprovecharon para lanzar bombardeos inclementes contra la ciudad. Vaya estrategas “bolos”, embriagados en sangre, resentimiento y vodka.
Veamos la correlación de fuerzas: Tiflis dispone de un ejército de 11.000 soldados. Sus fuerzas aéreas cuentan con 1.500 hombres y sólo cinco aviones de combate. Las fuerzas terrestres tienen 8.000 hombres y 85 vehículos blindados. La Marina, cuatro patrulleros con 1.500 hombres.
Las fuerzas rusas reúnen 1.037.000 hombres más 20 millones de reservistas. El ejército terrestre posee 395.000 soldados y 22.000 vehículos blindados. El aéreo tiene 170.000 soldados y 1.700 aviones de combate. 142.000 hombres pertenecen a la Marina y 80.000 en las fuerzas de disuasión nuclear.
De león pa’mono, y el mono amarrado.
Pero como si fuera poco, los 2 mil soldados georgianos destacados en Irak son su fuerza élite. Georgia pidió a EEUU que estas tropas regresaran de inmediato dada la situación de guerra, y EEUU los devolvió por vía aérea. Ah, pero asombro, Putin, desde su grada en las Olimpiadas de Pekín, donde vacaciona y da las órdenes de bombardear, protestó oficialmente por “la ingerencia de EEUU en asuntos internos de Rusia, Osetia y Georgia”. ¡Le zumba la gandinga!
La cosa va por más de 2,000 muertos, miles de heridos y 100 mil desplazados, todos georgianos. Georgia emitió un documento en el que denuncia que “La aviación rusa bombardea blancos militares y civiles en todo el territorio de Georgia. En aguas de Abjasia entraron buques de la armada rusa”, pero nuestros “bolos” de dolorosos recuerdos, hicieron que el Ejército 52 de las Fuerzas Armadas de Rusia entrara en Osetia del sur para implantar allí un régimen de ocupación militar.
Jaap de Hoop Scheffer, secretario general de la OTAN, instó a las partes involucradas en el conflicto, a negociar y a detener la violencia de forma inmediata y su portavoz, Carmen Romero, reiteró el mensaje y recordó que la OTAN “siempre ha apoyado la integridad territorial de Georgia”.
Muchos han visto detrás de este ataque una maniobra rusa para dificultar el ingreso de Georgia en la OTAN y a la Unión Europea y obstaculizar los planes de construir oleoductos y gasoductos para transportar el petróleo y gas procedente de Azerbayán y otras regiones de Asia Central por Georgia hacia el Mar Negro, sin tener que pasar por Rusia.
Lo que me alarma cada vez más, es el silencio cómplice de los entusiastas. Tantos que se movilizan contra las invasiones estadounidenses y esgrimen sus razones y sus equívocos con tanta vehemencia que impresionan a la opinión pública mundial, sin embargo, cuando se trata de naciones como Rusia, Cuba, Venezuela, se hacen los distraídos.
Por ejemplo, dónde están las organizaciones verdes, ambientalistas, feministas, de defensa de los camellos, las toninas, las serpientes, los perros, las ballenas, dónde las agrupaciones de homosexuales y lesbianas, los portadores de VIH, los enemigos de la violencia, de la globalización, del uso de las pieles, los vegetarianos, los antirracistas, los adoradores de Jehová, Dios, Mahoma, Alá, los enviados divinos, misioneros de paz, ministros protestantes, los papas (& the mamas), los izquierdistas del séptimo día, los antiguerreritas de babor, nunca de estribor, dónde están todos, dónde están.

viernes, agosto 01, 2008

La gallina de los huevos de oro

Nos hemos convertido en un país de record Guinness. A la altonancia cubana alrededor del mundo, podemos adicionarle los argumentos únicos de tener la dictadura más vieja del hemisferio, la primera monarquía del Caribe, la más numerosa población carcelaria por delitos de conciencia, la libreta de racionamiento más duradera de la Era Moderna, el discurso más largo de la historia, las prostitutas “más ilustradas y sanas del mundo”.
Nos hemos convertido, desde el inicio de la segunda mitad del siglo XX, en una tierra de campeones.
Aún hoy, nadie se olvida de la medalla de plata de Enrique Figuerola en los 100 metros planos en las Olimpiadas de Tokio de 1964, los lanzamientos de Manuel Alarcón frente al equipo de béisbol de EEUU en los Panamericanos de Winnipeg del 66, ni del “con el corazón, con el corazón” cuando Alberto Juantorena llegaba a las metas de los 400 y los 800 en la pista de Montreal. Como nadie se olvida de Ubre Blanca, aquella vaca Holstein F-2, “una vaca lechera, no una vaca cualquiera”, que estableció varios record mundiales de producción de leche y que tiene su monumento en la Isla de la Juventud.
Ubre Blanca llegó a producir en febrero de 1982, la sorprendente cantidad de 24,268.9 litros de leche pura, un record que mantuvo durante 305 días de lactancia.
Fidel Castro le dedicó discursos, loas, ordenó fotos y reseñas en la prensa nacional, en las agencias internacionales, monumentos y canciones. Y, finalmente, inventaron la clonación para perpetuar los genes insólitos de Ubre Blanca en toda una generación de F-2 que nunca llenaron un vaso de leche.
Lo más alegre de aquella historia, fue lo que gozamos los cubanos con la guaracha “La vaquita Pijirigua”, de Pedro Luis Ferrer.
Ahora la prensa se hace eco de otro acontecimiento inusual. La gallina Tití, del campesino cubano Telesforo Martínez, es una nueva campeona sin precedentes que simboliza los éxitos de Cuba bajo la batuta de Raúl, el eterno número 2.
Es que Tití produce con demasía lo que les falta a los cubanos: huevos grandes.
Con huevos promedios de 180 gramos de peso, Tití, desde su granja criolla en la localidad de Campo Florido, al sur de La Habana, ha superado por 10 gramos a la recordista que la antecedía, una gallina de Islas Canarias.
El mismo Fidel Castro está anonadado y en Cuba esperan su reflexión sobre Tití, a propósito de cómo pone huevos de esa dimensión una gallina revolucionaria sin sufrir de los males intestinales que aquejan al comandante.
El suceso ha convocado a curiosos, periodistas, zoólogos, veterinarios y a los dirigentes del Partido Comunista, que han llevado sus discursos y aplausos a Tití, han condecorado su cuello plumado y la han declarado héroe nacional del trabajo, como aquel cortador de caña ilustre que nunca aprendió a decir una sola palabra cuando abandonó la mocha para ocupar una butaca en el Comité Central, o como el astronauta cubano Arnaldo Tamayo, que 28 años después de su breve ascenso un poquito más allá de las nubes, ofrece conferencias emocionadas sobre el modo en que la ingravidez le permitía dar volteretas en el espacio.

miércoles, julio 09, 2008

El sortilegio de las preferencias

La encuestadora Gallup Poll publicó este miércoles 9 de julio los resultados de un sondeo en Colombia tras la liberación de los 15 rehenes de las FARC. Los resultados son altamente estimulantes para un país que aún recibe ataques inmisericordes de quienes se resisten a aceptar la realidad.
Mientras que el presidente ecuatoriano Rafael Correa desciende en la popularidad cerrando medios de comunicación bajo ardides económicos y su vecino boliviano ya no encuentra donde ponerse, el colombiano Alvaro Uribe conquista el 85% de la aprobación popular en un fenómeno sin precedentes en la historia política latinoamericana.
Pero la noticia no es esa, la noticia es que tras Uribe, la exrehén Ingrid Betancourt se situó en la segunda posición con el 83%, según Gallup Poll.
Estas cifras son parte de un resultado aún más alentador, el 73% de optimismo frente a los destinos de su nación que arrojó la población colombiana, un indicador que durante 20 años se había mantenido por debajo del 57%.
La encuesta es el resultados de dos tandas de muestras que Gallup Poll tomó en la ciudades de Bogotá, Cali, Barranquilla y Medellín entre los días 27 al 29 de junio, es decir, antes de la operación Jaque, y entre el 3 y 4 de julio, tras la liberación, lo que le imprime una connotación más contundente que si fuera producto del entusiasmo final.
El tercer lugar en este análisis fue para el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos Calderón, con un 70% de aprobación, a quien varios analistas han señalado como un posible candidato presidencia para las elecciones del 2010, a pesar de que en la misma Gallup Poll, los colombianos aprobaron un tercer período para Alvaro Uribe con una porcentaje del 74%.
Comentaristas colombianos, a propósito de esta importante encuesta, avizoran la gran oportunidad política de Betancourt, convertida en un símbolo contra los secuestros de las FARC gracias a su propia experiencia y a las campañas desplegadas a su favor por Francia y varios movimientos internacionales, a pesar de que más de 3 mil secuestrados quedan aún viviendo esa realidad dramática.
La última estrategia de las fuerzas militares colombianas ha sido transmitir, con altoparlantes colocados en helicópteros que sobrevuelan las zonas ocupadas por la narcoguerrilla, un mensaje de paz y libertad en la voz de Ingrid Betancourt. ¿Es la voz de Dios que llega desde las alturas?
Habituados como estamos los latinoamericanos a la adoración mística a redentores y ángeles caudillistas, la positiva etapa por la que atraviesa Colombia podría cambiar sus resultados si es que los colombianos, ensimismados en los aplausos y las esperanzas, terminan por atribuirle a Uribe una permanencia más allá de la razonable frente a los destinos de su país, o alzan a Ingrid Betancourt a los pedestales de las plazoletas. Las dos cosas, “ambamente” (como decía Elena Burque), pueden ser fatales.

McCain, Obama y la FNCA. ¿Cuba? Bien, gracias

John McCain declinó la invitación que le hizo la Fundación Nacional Cubano-Americana porque esta había asumido actitudes coincidentes con la campaña del demócrata Obama, quien habló en su sede el pasado mes de mayo.
La situación es curiosa y hoy podría hacer temblar los restos de Jorge Mas Canosa bajo la tierra infértil de La Florida.
Resulta que el gran enemigo del castrismo cubano, “la Fundación”, ahora se convierte en una suerte de coincidente con los propósitos de La Habana. Es una jugarreta del destino. Tanto, que Cuba ha quedado atrapada entre atacar a los republicanos que rechazan a la “Fundación”, o elogiar a Obama, que tiene como aliada a la “Fundación”.
Por ambos lados, la toma de posición es compleja y el gobierno de los Castro ha optado por mantenerse en silencio.
A pesar de que bajo la batuta de Mas Canosa Jr., y tras el retiro de los viejos fundadores ofendidos, la FNCA no es la sombra de lo que fue y aboga por la apertura de las restricciones que George Bush decretó a la isla, donde coincide con Obama, la negativa del candidato republicano ha sido un paso torpe en su campaña electoral.
Insistir en las intolerancias tradicionales ya no es la carta de triunfo para convencer al votante cubano-americano, un segmento que pertenece mayoritariamente a generaciones menos politizadas, menos extremista, formada en la democracia del país en el que ha vivido la mayor parte de su tiempo.
Sumar debe ser el dogma de McCain en esta campaña, porque debe vencer la simpatía que despierta el candidato demócrata en el votante ingenuo de su país, desconocedor de los procesos populistas y demagogos que han marcado históricamente la política latinoamericana y con los que Obama está sorprendiendo a los estadounidenses atrapados infragantes en algo que no comprenden muy bien pero que suena bonito.

lunes, julio 07, 2008

Por el fin de todos los ingratos

Me parece bien tener una percepción real de las manchas del sol, pero dimensionarlas hasta el rol protagónico creo que es una injuria producto de reminiscencias equívocas.
¿Alguien me puede explicar qué importancia tiene justamente ahora, descargar todos los chismes repetidos por la prensa de izquierda contra Alvaro Uribe? ¿Qué justifica esa actitud agresiva contra un tipo que tiene más del 90% de aprobación popular en su país? ¿Es que un analista puede tener más razones y sabiduría que 30 y pico de millones de colombianos?
Me parece una injusticia real.
Y para aliviar el bandazo de babor, dos párrafos duros contra el envejecido tiranuelo de La Habana, lo que siempre da esa elevada percepción de libertad e independencia.
Veámoslo por partes:
Más del 93% de aprobación a medio término de su segundo período.
Bogotá tiene un 17 sobre mil hechos violentos como promedio, superior a casi todas las ciudades latinoamericanas.
Las FARC están a la defensiva diezmadas, empobrecidas y desmoralizadas como nunca.
El crecimiento económico anual de Colombia está por en cima del 5% sostenido.
El peso colombiano ha subido su valor y está a los niveles del año 2000,
Los niveles de inversiones extranjeras tienen un crecimiento sostenido durante 3 años consecutivos.
Los paramilitares no existen, el FLN es una fantasía.
Realmente, el párrafo “El gran perdedor es el pueblo colombiano, un pueblo brioso, sensible, alegre, que se ha visto obligado a abrazar la causa de la “seguridad democrática” de Uribe y del Plan Colombia con la misma resignación como los alemanes apoyaron a Hitler antes de que la mantequilla desapareciera de las despensas” le brindará al autor muchas horas de arrepentimiento. No molesta, da pena un argumento repetido que nunca debió permitirse.
Me alegra leer este artículo porque sus costuras me han puesto en evidencia muchas intuiciones que todos tenemos. Y porque, como decía Vito Corleone en El Padrino: “No odies a tu enemigo porque no te dejará verlo en su justa medida”.
Lo de la cooperación en mayor o menor medida de fuerzas estadounidenses e israelitas debe ser una verdad total, y legítima. No merece comentarios. No es, por ejemplo, la ayuda de Chávez al presidente boliviano o sus maletines con financiamiento para Correa o la Kitchner. Ni tan siquiera la responsabilidad del Departamento América en Cuba, con todos los engendros guerrilleros latinoamericanos.
Creo, aunque tilden mi inteligencia de menor, que la historia del rescate de los rehenes es en esencia la contada. Los detalles quedan a la imaginación, a la mía y a la de todos. Por demás, legal y positiva. El suceso concretado es el que vimos y el que priorizó la prensa internacional porque era un acto de honestidad exaltar el éxito de la acción y no la logística estadounidense o israelí, la compra de conciencias, las negociaciones secretas con mandos de las FARC, el chantaje, la extorsión o todo lo que rodeó un trabajo que culminó con un triunfo total. ¿Para quién? Primero para los liberados; segundo para el país, que festeja la decadencia total de los terro-narco-guerrilleros, y finalmente para Alvaro Uribe, a quien los colombianos le han perdonado sus pecados capitales y, concientes de los aplausos que reclama en su vanidad reeleccionista, lo vuelven a aplaudir porque lo ha hecho bien. Realmente, lo ha hecho muy bien.