Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



domingo, noviembre 27, 2011

Latinos en el vórtice político nacional


Se ha comprobado que un graduado superior de la India tardaría alrededor de 70 años para lograr una visa de inmigrante legal en los EEUU.
Pocos países del mundo tienen reglas tan imposibles de cumplir y tardanzas tan prolongadas para quien pretenda inmigrar y el resultado ha sido uno: la inmigración ilegal.
EEUU se pavonea exhibiendo su grandeza mundial, se autodenomina tierra de las oportunidades y se regodea en su historia hecha a base de olas migratorias. ¿Por qué colocar entonces la inmigración legal como una quimera imposible de alcanzar? La causa de los 11 millones de indocumentados en tierras norteamericanas está en esa madeja que ellos mismos se han tejido mostrando y escondiendo su piñata de la prosperidad, un juego cruel que han sostenido sus políticos más radicales.
Ahora los republicanos tienen una papa caliente en sus manos. Uno de sus punteros en esta campaña para las elecciones primarias, el gobernador de Texas, Rick Perry, sólo bastó que apoyara el DREAM Act para que bajara a un cuarto lugar en las encuestas. El líder hoy es Newt Gingrich, quien apunta a una suerte de solución para los ilegales apoyándose en que su partido es el partido de la familia y no puede pretender separar familias de inmigrantes que han permanecido hasta por un cuarto de siglo en el país, y resaltando la imposibilidad de deportar tantos millones de ilegales por el costo y la deshumanización que implica.
Gingrich tiene un antecedente a considerar: El apoyó a la amnistía que dispuso Ronald Reagan. Pero esa actitud le podría poner en riesgo la simpatía de los votantes republicanos en las primarias aunque la haría ganar la decisión de los latinos.
Su más cercano contrincante, Mitt Romney, ha actuado en sentido contrario. Aunque siempre mantuvo una postura política que coqueteaba con la inmigración latina, hasta el punto de apoyar la propuesta de reforma McCain-Kennedy, ahora se muestra como radical de línea dura negándose a reformas, acuerdos, perdones migratorios y proponiendo una cruel política de “Eliminar los Imanes” tendente a que los ilegales decidan regresar por ellos mismos a sus países de tan perseguidos, discriminados y atados de manos, esperanza y  pies que estarían en EEUU.
Podría ser una estrategia de doble filo. Romney pudiera estar radicalizando su postura anti-inmigrante para las primarias con el fin de revertir su propia posición después y ganarse el voto latino con vista a las elecciones presidenciales.
Lo cierto es que nunca antes como ahora, la población latina está en el vórtice del desempeño político estadounidense. Hoy, como nunca antes, tiene más fuerza, empuje y desempeño social y un peso determinante en el acontecer nacional. Ya pasó con los afronorteamericanos. Pienso que es una realidad irreversible que obligará a encontrar la solución.

sábado, noviembre 26, 2011

Remake de Dios en La Habana

Ahora nos queda la nueva visita del Papa a Cuba en 2012, que podría ser una útil toalla tirada al ring del perdedor cuando ya ni España será un aliado en la contienda cubana. Lo del PSOE fue lo habitual, y sucede como con la mayoría de los demócratas en EEUU, que acaban huyendo por la puerta del fondo y dejado un marabuzal incorregible por años.
Pero la iglesia, si en algo es experimentada, es en ese histórico “floting”, como el corcho en todas las aguas. Fue penoso ver al cardenal de Nicaragua sentado a la izquierda de Daniel Ortega durante la última toma de posesión  en Managua, aprobando el respaldo eclesiástico al violador  (en todos los sentidos).
La visita de Juan Pablo II a Cuba terminó en una tomadura de pelo al Vaticano. En la Plaza de la Revolución acuñaron una frase lapidaria y con eso engañaron a medio mundo. Todavía hay quien repite aquello de “que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”, una tontera tal que hasta al gobierno cubano le vino como anillo al dedo.
Ahora le toca el turno a Ratzinger, este alemán de dudosos antecedentes. Esperemos que su papelazo en La Habana sea menos grave, aunque sea menos dañino para el dolor nacional que el causado por su representante en la Isla, Jaime Ortega. Segundas partes nunca fueron buenas y si el original fue fatal, ¿qué nos ha de esperar? Dios nos coja confesados.