Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



martes, agosto 31, 2010

Fidel y la homofobia: “Si alguien es responsable, ése soy yo"

Fidel está lúcido. Hay quien dice, medio en broma, medio en serio, que es un doble de 30 años que han colocado en su lugar. Pudiera ser. El misterio que rodea la cúpula revolucionaria cubana es así de impredecible. Es el gran olimpo de los dioses revolucionaros al que no accedemos el resto de los mortales. Lo sabremos alrededor de 50 años más, cuando este doble cumpla los 80 y comience a “cancanear” públicamente un Fidel con 160 años de edad.
Lo cierto es que a Fidel le ha dado por reaparecer. Ahora nos llega por capítulos, con suspenso de telenovela, en la entrevista que le hiciera el diario mexicano La Jornada.
Acabo de leer la segunda entrega en la que Fidel asegura que “soy el responsable último de la persecución que sufrieron personas homosexuales en la isla a comienzos de la Revolución”. La Jornada agrega que, según Fidel, “la persecución de homosexuales ocurrió en momentos de ‘una gran injusticia’", mientras que el dictador recordó que, desde el poder (“absoluto”, agrego), él no le prestó "suficiente atención" a aquel hecho.
Fidel lo reconoce en un alarde de sinceridad revolucionaria. “Si alguien es responsable, ése soy yo", dice el comandante con la seguridad del autocrítico rampante.
Después habla de la guerra bacteriológica de EEUU contra Cuba y la introducción por el Aeropuerto de Boyeros, en las afueras de La Habana, del virus II del Dengue Hemorrágico. “En la Cuba prerrevolucionaria no se conocía ni el I. Aquí nos apareció el II”, dice Fidel.
Lo que el comandante no apunta es que en la Cuba prerrevolucionaria ya no existía tampoco la lepra, la retinosis pigmentaria, el beriberi, la malaria, la encefalitis equina, la leptospirosis, la poliomelitis, la meningitis meningocócica, la neuropatía epidémica cubana y que el país no había experimentado la alarmante vergüenza de mantener por 16 años consecutivos (1980/1995) una tasa de suicidios de 20 por cada 100 mil habitantes. Han sido pandemias que regresaron a la Isla de manos de la mala alimentación, el deterioro social, la insalubridad, el descenso dramático de los niveles de vida y la desesperanza, causados todos por la ineficiencia de la revolución.
Como mismo se olvida Fidel de recordar que, justamente él, su hermano y su cúpula octogenaria, que arrastran medio siglo de vilezas, siguen ostentando el poder de la tiranía. Y que aquellos homosexuales excluidos de la vida en Cuba, vilipendiados y apestados socialmente por decisión revolucionaria, han arrastrado durante este medio siglo el peso de su descuido, de su complicidad y de su culpa, asumida ahora con la impunidad que él mismo se atribuye, al confesarlos como un cínico ejercicio de recuerdos y divertimentos.

1 comentario:

Juan Antonio Zas Irigoyen dijo...

El dictador en su nueva reaparicion y con tal de recibir el premio Nobel, como cualquier otro de los objetivos que logro a base de la traicion, puede ser que incluso termine autotraicionandose.
Digo esto porque si no mide sus palabras y sigue justificando lo injustificable terminara siendo un opositor del otro Fidel, del de antes de la resurreccion.