Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



jueves, mayo 08, 2008

“Estoy chivo”


Generación Y, el célebre blog que Yoani Sánchez escribe desde La Habana y que acaba de recibir el premio Ortega y Gaset de periodismo digital que entrega el diario español El País, es un suceso de referencia obligatoria.
La última de las noticias es que Yoani no recibió el permiso del gobierno cubano para viajar a Madrid a recibir el galardón. Aunque CNN y la prensa mundial han sido eco de esa información, en realidad no es más que otro remake cotidiano que con medio siglo de existencia han sufridos miles de miles, muchos con más dramatismo pero con menos cobertura de prensa internacional.
Tampoco les ha valido su inclusión en la lista de las persona más influyentes de la revista Time.
Lo siento por ella, es decir, lo del permiso de salida, y me alegra que figure en ese listado de Time, aunque ella misma se haya quedado atónita no se si para bien o para mal de la revista Time.
Y me satisface que su blog tome mayor relevancia aún, acodado en los titulares de hoy, porque a fin de cuentas es una reafirmación de las razones que a todos nos hicieron rechazar el totalitarismo cubano.
Yoani ha fundado un vínculo que nos relaciona de una manera u otra, pero con la relevancia de que Generación Y se hace desde las entrañas del monstruo, que bien conocemos porque vivimos en ellas.

La valentía de Yoani es un tributo a la esperanza en las nuevas generaciones de cubanos y una bofetada a ese escepticismo que fue madurando en quienes nos largamos porque no había ya nada qué hacer allá dentro.
Pero, cuidado, Generación Y no saldría al ciberespacio sin la complicidad oficial como un subterfugio anónima a espaldas de la misma célebre bloguera.
Yo, que vivo hace mucho en Santo Domingo, acudo a un vocablo que los dominicanos crearon para definir la suspicacia y la duda, “estoy chivo”, dicen, no se por qué, pero detrás de la inocencia de esta muchacha, a sus espaldas, moviendo los peones del silencio y la manipulación, ha habido una tolerancia oportuna que pudo comenzar con la permanencia del blog en la web, los periplos de Yoani de ciber-café en ciber-café para poder acceder a su blog en el país con menos acceso a Internet en el hemisferio, y consolidarse con el entusiasmo de cientos de comentarios de todo tipo colgados quién sabe desde dónde y por qué.
Cuidado con los humoristas de ingenio literario, los sagaces de la broma inteligente, los cultivadores del choteo histórico y fatal. Todo lo resuelven con un plumazo, una sonrisa sagaz y una legión de suspicaces que le ríen el chiste para certificar las dotas supremas de la sabiduría cubana.
¿Es que se las ha ido de las manos la amplitud alcanzada por el blog de esta muchachita osada que se cree en Suiza todavía?
Pero los placatanes del oficialismo cubano tienen la tara indisoluble de la represión y la intolerancia. Vigilemos a Generación Y y a Yoani Sánchez desde ahora a ver en qué va a convertirse esta historia. Y tratemos de apabullar estos graves prejuicios míos porque la verdad es que con toda esta diafanidad, “estoy chivo”.

2 comentarios:

Argénida Romero dijo...

Sigo la historia de Generación Y desde hace un tiempo, y he de confesar que a partir de que obtuviera el premio me intereso mucho más. Al principio, mucha emoción, pero al igual que tú, desde hace días me asaltan muchas de las dudas que expresas. Veremos en que para esto y al final que sale a la luz.

David Lago González dijo...

Totalmente de acuerdo: ya somos dos "chivos".