Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



viernes, abril 05, 2013

Ravsberg bebió demasiados “cubalibres”



Fernando Ravsberg lleva mil años viviendo en Cuba, más que en Uruguay, su país natal, y muchísimo más que en Londres, donde está la BBC, agencia de prensa para la que trabaja y que lo tiene anclado en la Isla.
Ravsberg es polémico, inconsistente y ambidiestro en su visión y su pluma periodística, algo que lo ha hecho ganador de discusiones, diatribas, adjetivos, burlas y polémicas.
Lo que más asombra de Ravsberg es la facilidad con que juega el rol del tonto útil, algo que nunca he sabido si es por comodidad, por torpeza o porque prefiere mantenerse en la placidez laboral de Cuba.
Hoy, un gran amigo cubano que vive en Dominicana, me ha pasado un artículo de Ravsberg sobre el cumplimiento de los Objetivos del Milenio en Cuba. Creo que es un alarde de hipocresía y simplicidad que da miedo.
Cómo es que un corresponsal de la BBC, con la experiencia de vivir décadas en Cuba, asuma públicamente la irresponsabilidad de ofrecer una visión extremadamente ligera e irreflexiva haciéndose eco de una propaganda engañosa que ha regado la dictadura cubana por el mundo, como un alarde supremo y efectivo de manipulación de la información.
Ravsberg sabe que las afirmaciones, en un análisis de prensa, no se repiten sin un respaldo sustancial y probatorio. Porque le ha hecho ser o un tonto o un cómplice. Y eso me ha producido lo que llaman “vergüenza ajena”.
Si la ONU no palidece al nombrar a Cuba como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de las NU, entonces resulta lógico escuchar a la ONU poner de ejemplo a Cuba en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.
Y eso se tambalea en dos direcciones. Una, porque la salud, la educación, etc. que argumenta Cuba para justificar medio siglo de tiranía e improperios, plagas, enfermedades, bajo nivel profesional, educación mediocre y condicionada por la ideología, el fraudes escolares, deserciones, desinformación, altos índices de suicidio, exilio, avitaminosis, hambre oculta, mortalidad encubierta, abortos y tantas cosas no resisten un análisis medianamente serio y, en segundo lugar, porque ellos en sí, lo logros que argumenta Ravsberg, son una mentira elemental gracias al silencio por represión de un pueblo y, ni que decir, de la prensa.
¿Ravsberg no lo sabe? Claro que lo sabe. Lo ha vivido y muchos lo hemos escuchado comentándolo en centro roneros e intelectuales de la Habana. Lo que convierte al corresponsal de la BBC en Cuba, en un cómplice mentiroso de la dictadura, no se si por conciencia o por incapacidad profesional.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escribiendo la mentira autorizada el corresponsal mantiene su puesto de trabajo. La verdad la puede escribir una sola vez.