Su odio se debe a la frustración de no alcanzar el éxito actoral. Ya se sabe desde Freud, de esos retorcijones de la psicología. Quiso ser actor y se ha convertido en tirano.
El espectáculo que protagonizó en la última asamblea general de la ONU, si no sirvió para relajar las tensiones en la sala con la actuación del clown, fue por la falta de talento del comediante y, además, por la ausencia de público, pues apenas lo escucharon unos pocos que se sometieron a la prueba infeliz de soportar el espectáculo.
Ruega:

Apunta:

Amenaza:

¿Piensa?:

Y termina el show tirando besos:

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