Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



viernes, marzo 07, 2008

Cuando aterroriza el francés


El presidente francés Nicolás Sarkozy advirtió el miércoles a las FARC que si dejan morir a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada hace seis años, no saldrán de la lista de terroristas.
"Hay algo seguro: si Ingrid Betancourt no es liberada en un marco humanitario nunca saldrán de la lista'' de terroristas, dijo el miércoles el mandatario francés en una entrevista con el programa "Primera Línea'' del canal colombiano RCN.
Me asombra que un presidente francés sea capaz de avizorar que las FARC dejarán de ser terroristas con sólo liberar a Ingrid Betancourt. ¿No sabe Sarkozy que hay más de un millar de secuestrados en manos de las FARC con una situación grave como Betancourt y que tienen el mismo derecho a la libertad que ella? ¿Que más de cuatro décadas de terrorismo consistente y continuado, miles de muertos, desplazados, secuestrados, masacrados, niños reclutados por la fuerza, robados, asesinados, violaciones, balones de gas explotados en locales públicos, autos bomba, tráfico de cocaína, poblaciones rurales masacradas son el expediente terrorista de las FARC? ¿Con sólo liberar a Ingrid basta entonces para dejar se definirlos como terroristas?
Estas declaraciones de Sarkozy son un acto de vanidad, autosuficiencia e indolencia que considero muy condenables e inaceptables, muestra del desprecio galo por los auténticamente latinoamericano.
Que liberen a Ingrid Betancourt como a todos los demás, con el mismo derecho y el mismo reclamo mundial. No hay unos secuestrados más secuestrados que otros.

jueves, marzo 06, 2008

Una resolución cantinflera


Cada vez que Correa pasa por Caracas, cambia de opinión. La pataleta chavista lo pone nervioso y se apresura a radicalizar sus posiciones.
Para que Correa haga un gobierno de valor en Ecuador, tiene que soltarse de la sombra de Chávez, porque le prende el paisaje en un dos por tres. A estas alturas del ridículo, Correa debe estar maldiciendo al personaje y diciéndose, “a este tipo hay que cortarle la lengua porque me va a meter en candela”.
Evidentemente, el acuerdo firmado en la OEA no acusa a Colombia ni pone en tela de juicio sus argumentos al no nombrar una comisión revisora sino simplemente turistas que van a los dos lados de la frontera a oír lo que les cuenten que pasó. Un delicioso cantinfleo en el mejor estilo de estos cónclaves internacionales.
Quedan las pruebas de las computadoras sobras las que Insulza, tan insulso siempre, ha insinuado sus dudas porque esos discos duros pueden desatar los demonios de una verdad en la que todos creen, al menos en la intimidad de la almohada, pero que no se atreven a revelar.
Si se prueba la complicidad de esos gobiernos de la izquierda ultraderechista de Latinoamérica, ¿con qué nos vamos a quedar para argumentar odios antiestadounidenses?
Es que para la propaganda general, aliarse a Uribe es acercarse a Bush y eso no se lo perdonarían latinos y europeos, por pura tradición. Entonces es mejor seguir diciendo lo mismo, con tibieza y claroscuros, para parecer idiotas por un lado y no delatarse "uribistas" por el otro.
Yo prefiero aliarme a los colombianos, un pueblo que, cerca del 90%, aplaude el ajusticiamiento del terrorista y traficante Raúl Reyes y apoya a su presidente constitucional. Lo demás es un disparate.
El silencio es las estrategias para ir dejando de un lado la respuesta de Hugo Chávez al conflicto. Nadie, hasta ahora, se ha atrevido a defenderla, ni Correa, que es mucho decir. La mejor ayuda que los chavistas pueden darle a su payaso presidencial, es el disimulo para que se escurra por debajo de la puerta antes de que la verdad le corte de un hachazo la cabeza.

lunes, marzo 03, 2008

La desnudez de los chacales


Moviéndose hasta ahora con el cuidado de un elefante en una cristalería, el presidente ecuatoriano Rafael Correa acaba de echar su cautela por la borda al protagonizar un episodio de poca credibilidad y mucha vergüenza diciendo “digo” donde dijo “Diego” tras una evidente reprenda del venezolano Chávez por el suceso con Colombia y el ajusticiamiento del segundo hombre de las FARC.
Correa sabía lo que había desde que el presidente colombiano Alvaro Uribe lo telefoneó para informarle sobre las acciones del ejército colombiano.
Es más, el campamento de las FARC a 1,800 metros dentro de territorio ecuatoriano, un campamento fijo de permanencia, no era desconocido por Correa, como tampoco desconocía las “vacaciones” que Raúl Reyes pasaba en casa de sus hijos en Quito, ni las acciones de apoyo que su Ministro de Seguridad, Gustavo Larrea, le brindaba a las FARC en territorio colombiano colocando en las zonas de penetración de la narcoguerrilla colombiana, mandos militares obedientes y cómplices.
Correa mantenía contactos con Manuel Marulanda (Torifijo) y con el mismo Raúl Reyes a través de Larrea para coordinar espacios de distensión, liberación de rehenes (como “el hijo del profesor Moncayo o algo así”, dice un informe sacado de la computadora de Reyes) con la finalidad de aupar su publicidad y la del venezolano Chávez.
Pero el sábado pasado (1 de marzo), Uribe habló con Correa que respondió con comprensión y cautela al saber que tropas y helicópteros colombianos cruzaron la frontera y en tierras de Ecuador, se llevaron el cadáver de Reyes y de un narcoguerrilleros más, junto a todos los archivos y computadoras con informaciones relevantes.
Entonces llegó el show de Hugo Chávez, que a miles y miles de kilómetros del lugar de los hechos, en la frontera contraria (pues Colombia está entre Venezuela a un lado y Ecuador en el otro) movilizó tropas, helicópteros, tanques, lanzó epítetos contra Uribe, habló (otra vez) mal de EEUU y se cogió el lío para él como un chiquillo majadero que no lo dejaron entrar en el juego de pelota.
Ridículo.
Y, por supuesto, regañó a Correa por su pasividad ante los hechos haciendo que el presidente ecuatoriano armara de pronto, sin ton ni son, su titingó. Cerró embajadas, movió tropas, insultó a Uribe, botó al embajador y exigió.
Como para que el circo se completara, el pobre Daniel Ortega desde su Nicaragua (tierra de piñatas y violaciones de menores) alzó su voz, habló de guerra, de Uribe, de EEUU, es decir, de lo mismo, aunque a este tipo de poca monta, peón hasta de su sombra, nadie lo toma en serio.
Una pregunta ha surgido, inquietante por cierto, ¿y cómo es que el boliviano se ha quedado callado? Ya sabemos que Evo Morales no dice nada por él mismo, pero ¿es que tiene demasiada candela encendida dentro de su propio feudo?
Para todo el espectro político y social colombiano, para el pueblo colombiano que hace apenas semanas protagonizó la mayor marcha global contra las FARC, para el gobierno de Uribe y para cualquier ser humano con uso de razón, más importante que la pataleta de Correa o Chávez es el ajusticiamiento de Raúl Reyes, uno de los hombres más buscados por la policía internacional por actos de terrorismo, comercio de menores para uso sexual, secuestros, extorsión, masacres, narcotráfico.
Y esa extensa documentación capturada por el ejército colombiano (parte de la cual fue leída por el general Oscar Naranjo, jefe de la Policía de Colombia, que puede verse en el periódico El Tiempo, de Bogotá y que incrimina vergonzosamente a los gobiernos de Caracas y Quito) prueba la ingerencia y complicidad de Chávez y Correa con las FARC, a la que debía contestar el mundo con una dosis de legitimidad, de honestidad y de justicia.

Intercambio humanitario, otra vez “oro por espejitos”


Raúl Castro, a quien no se le ha atribuido jamás una frase ingeniosa, una idea con lucidez o un acto imaginativo (con la sola excepción de aquella narración culebrona cuando en su discurso sobre el caso Ochoa, contó que durante un descanso en la reunión del Consejo de Estado para aprobar el fusilamiento del general, se miró en el espejo del baño “y dos lágrimas corrieron por sus mejillas” – antológico-) acaba de reafirmar su mediocridad con el remake del intercambio de prisioneros, tomado de la actualidad colombiana.
Tirofijo y sus matones de las FARC, pretenden un intercambio “humanitario” en el cual ellos liberan a los secuestrados y el gobierno colombiano libera a los narcoguerrilleros presos.
Hermoso, sobre todo porque es un doble premio para las FARC: Yo te entrego criminales procesados por delitos graves de lesa humanidad y tú me dan a esos civiles que secuestraste y mantienes en cautiverio bajo condiciones extremas y abusivas sin que hayan cometido un solo acto que justifique el encierro.
Es decir, mil inocentes a cambio de miles de criminales. La cuenta no da. Aunque le duela al presidente francés y su cruzada a favor que Ingrid Betancourt, enferma y apresada por las FARC por pura conducta terrorista y extorsión, pero que es una más entre los miles de secuestrados en una historia del horror izquierdista contemporáneo que constituye un problema general y no un marketing de bondades individuales.
Ahora, cuando el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarsicio Bertone, durante su visita a La Habana le propuso a Raúl Castro la liberación de los disidentes enfermos presos, el nuevo presidente cubano (ja-ja) salió con la idea de intercambiarlos por los 5 espías condenados en EEUU.
Es el mismo perro con distinto collar.
Te doy a decenas de personas presas por pensar y expresar sus ideas pacíficamente, y tú me devuelves a 5 agentes que espiaron para un gobierno extranjero y participaron en la información y logística de crímenes premeditados. O sea, otra vez inocentes por criminales.
Es la misma falta de creatividad con que conformó su “nuevo” gabinete presidencial: Los “placatanes” al poder.
¿Es que al “chino” no se le ocurrirá jamás una idea original?