
Un día, muchos años después, me senté en las banquetas del Sloopy Joe’s de Kay West, al sur de la Florida. Fue la satisfacción de un antojo habanero. La misma identidad del ambiente enrarecido, las fotos en la pared, la barra ennegrecida de caoba. Pero 90 millas al norte de La Habana, este Sloopy Joe’s no era aquel que escudriñaba por las hendijas de las tablas, a pesar de que por las calles de Cayo Hueso, llenas de viejos rockeros y hippies empecinados, vagaban aún la memoria de José Martí y el mismo fantasma pintoresco de Ernest Hemingway.
Hoy, he descubierto esta foto del actor Spencer Tracy en el Sloopy Joe’s de La Habana, en 1958, gracias a que Google colocó el archivo fotográfico de la revista Life, al alcance de un click, como uno de los obsequios gráficos más importante de la cultura universal.
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