Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



sábado, noviembre 26, 2011

Remake de Dios en La Habana

Ahora nos queda la nueva visita del Papa a Cuba en 2012, que podría ser una útil toalla tirada al ring del perdedor cuando ya ni España será un aliado en la contienda cubana. Lo del PSOE fue lo habitual, y sucede como con la mayoría de los demócratas en EEUU, que acaban huyendo por la puerta del fondo y dejado un marabuzal incorregible por años.
Pero la iglesia, si en algo es experimentada, es en ese histórico “floting”, como el corcho en todas las aguas. Fue penoso ver al cardenal de Nicaragua sentado a la izquierda de Daniel Ortega durante la última toma de posesión  en Managua, aprobando el respaldo eclesiástico al violador  (en todos los sentidos).
La visita de Juan Pablo II a Cuba terminó en una tomadura de pelo al Vaticano. En la Plaza de la Revolución acuñaron una frase lapidaria y con eso engañaron a medio mundo. Todavía hay quien repite aquello de “que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”, una tontera tal que hasta al gobierno cubano le vino como anillo al dedo.
Ahora le toca el turno a Ratzinger, este alemán de dudosos antecedentes. Esperemos que su papelazo en La Habana sea menos grave, aunque sea menos dañino para el dolor nacional que el causado por su representante en la Isla, Jaime Ortega. Segundas partes nunca fueron buenas y si el original fue fatal, ¿qué nos ha de esperar? Dios nos coja confesados.

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