
Si la MUD y la oposición venezolana llegaron al triunfo parlamentario
proclamando unidad y reconciliación, ¿por qué provocar grosera y teatralmente a
una segmento amplio de la población que sigue aplaudiendo al chavismo y, más
aún, la figura de Hugo Chávez con su farsante autoproclamación de redentor y caudillo? ¿Para qué provocar y multiplicar enemigos? ¿Por
qué avivar los ánimos adversos, hacerlos atrincherarse y sembrar la
desconfianza y el temor a la revancha?
No puedo negar que disfruté la eliminación de las fotos de Chávez y me
pareció justo sacarlas de donde solo debe estar la imagen de Simón Bolívar, la
imagen tradicional del verdadero Libertador lejos de la manipulación chavista.
Sin embargo, critico el circo y la arrogancia, la desfachatez y el poco uso de
la inteligencia de un nuevo parlamento esperanzador que debe comenzar a actuar
bajo la misma consigna con que ganaron el voto de su pueblo.
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