
Cuando el famoso cuarteto lanzó el disco (Cuyo verdadero nombre es “The Beatles” a pesar de conocerse universalmente como “The White Album”) el Vaticano se encontraba transitando una de sus etapas peores, pródiga en intransigencias a los riegos espirituales de una década llena de curas con la teología de la liberación debajo del brazo, revoluciones de corte marxistas, hippies, rock y LSD.
La respuesta de John Lennon durante una entrevista en 1966 a la televisión estadounidense, “Los Beatles somos más famosos que Jesucristo”, fue imperdonable para la Santa Sede, y los cuatro muchachos de Liverpool quedaron excomulgados para siempre.
La algarabía suscitada por aquellas declaraciones fue tal, que el mismo Lennon tuvo que enmendarla un día después: “No dije que The Beatles son mejores que Jesucristo, dije que somos más populares, como lo puede ser la televisión o cualquier otra cosa”.
Ahora, El diario del Vaticano, L’Osservatore Romano acaba de publicar un justificante artículo sobre The Beatles en el que eleva al altar de la gloria a John, Paul, George y Ringo y argumenta que aquello “fue una frase que suscitó profunda indignación pero que hoy en día suena más a una mofa de un joven de la clase obrera inglesa abrumado por el éxito”.
Dos de los cuatro muchachos ya mo podrán leerlo. A los otros dos sobrevivientes, creo que les importará poco; demasiado éxito e historia para ocuparse de la excomulgación en el otro mundo, si ya han sido comulgados en este.