Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



lunes, noviembre 23, 2009

Las esperanzas perdidas

Hace apenas unas horas, mi amigo Camilo Venegas recibió una curiosa invitación directamente a su teléfono celular. Un evento de sociología y su querido Paradero de Camarones, fueron las coincidencias de tan insólita invitación. Son los misterios de Cuba, cuando uno apenas lo espera, desembocan con un tema que nos pone las terminales nerviosas en ascuas.
Sucede que ayer, nada menos que le célebre diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó un artículo de una supuesta Katia Siberia, que se pregunta con insolente ingenuidad: “¿Qué esconden quienes rehúsan fotos y entrevistas? ¿A qué temen quienes aluden a disposiciones y autorizos para impedir que periodistas y fotógrafos de nuestros medios de prensa ofrezcan informaciones?”.
El artículo de opinión (¿Opinión? Esa es la primera suspicacia) titulado “Periodismo con fobias”, pretende colocar a Granma como el primer impedido de ejercer la libertad de prensa, y medio siglo después, el diario oficial se cae de la mata sin saber responder por qué es que nadie responde a los periodistas y por qué necesitan autorizaciones que vengas “de arriba”.
El artículo acusó a los funcionarios cubanos de “incumplir la resolución del Buró Político, emitida en el 2007 que incrementa la eficacia informativa de los medios de comunicación, la cual establece que 'salvo el secreto militar y estatal, nadie tiene derecho a negarnos información’”. Es el primer guiño de la farsa. Es decir, que quienes atan la información e impiden el ejercicio transparente de la prensa, no es el Buró Político, sino los funcionarios indisciplinados. Algo que empiece con semejante suposición es ya digno de tirarlo a la basura.
De Cuba, cualquier cosa se puede esperar. Necesité de 50 años para leer en Granma un cinismo tal.
Lo interrogante mayor es el propósito.
Los ingenuos de siempre se entusiasman con una movida impensable dentro del totalitarismo cubano. ¿Es que comienza la perestroika tropical? Mi amigo Camilo, como yo, sabe de la carta que traen escondida en la manga. Son más de cinco décadas de experiencia vivencial para creerle a Katia Siberia ni tan siquiera su nombre.
El acecho parece crecer. Fidel Castro mismo, en sus reflexiones (que no “Riflexiones”) augura diez naciones latinoamericanas bajo gobierno de derecha en los próximos años. Puede que la correlación de fuerzas vuelva a cambiar de colores y entonces hay que preparar un escándalo de especulaciones globales sobre la distensión interna en Cuba. Ya lo vivimos cuando el último Congreso del Partido, cuando las rectificaciones y todo esa memorable historia de epítetos y trampas.
Granma va a seguir igual, y sus periodistas seguirán sin serlo y sus páginas la misma valla política que han sido siempre.
Allá dentro no hay nada qué hacer.

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