Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



miércoles, enero 30, 2008

¿Habrá un caso que me de más pena?


Ahora resulta que Silvio, el trovador, torció camino y se perdió del Morro. La última noticia de su residencia en Santiago de Chile, que anunció la Agencia de Prensa chilena el 27 de diciembre pasado, y que ahora ha salido en un matutino dominicano, es una de las más felices noticias que he recibido.
Nuestro admirado trovador ha decidido poner pie en Polvorosa y mudarse para la tierra de los Parra, Víctor Jara y Salvador Allende. Allí tiene amigos, su mejor público posible, amplias posibilidades de mercadear su música y una plaza libre de gran acceso global.
No sería nada extraño. Los artistas vienen y van por el mundo y en definitivas, fijan su “residencia en la Tierra”. El ha preferido el socialismo light del cono sur occidental.
Pero Silvio, que ya a inicio de los años 70, en pleno período gris cubano, pedía a sus novias latinoamericanas (República Dominicana incluida), que le enviaran aquellas famosas camisas de finas rayita azules y cuello “chino” con las que resplandecía en los pobres escenarios de su Isla, y que le compraran colonias imperialistas que reenvasaban en frascos de medicinas para mandárselas a La Habana, ahora sacrifica con su espíritu solidario y humano la felicidad vital en su patria socialista (¿socialista o bolivariana o martiana?, no recuerdo) para marcharse a vivir a Chile imitando el glorioso internacionalismo del Che Guevara y de los mismo chilenos comunistas, miles de jóvenes escapados de Pinochet que se fueron exiliados a Cuba y al ver que aquello estaba duro de verdad, seis meses después se mudaron a la Europa occidental y placentera, donde el socialismo se bailaba mejor.
La noticia demuestra una sabia y vieja conclusión marinera: “Cuando el barco se está hundiendo, las ratas se escapan”
Nunca he creído en las esperanzas que muchos avizoran con Raúl Castro al mando en Cuba. Los únicos Castro que sonaron bien fueron los hermanos de la famosa orquesta. Sin embargo, este exilio trovadoresco fue lo que nunca creí vivir.
Después de complacer a Fidel Castro cuando le pidió “El terco” en el escenario del Kart Marx y de aplaudir en el “parlamento” cubano todo lo que se dijo allí durante años, este cantor poético, sublime versador de canciones complejas, comprendió que el barco se hundía y que le estaba cogiendo demasiado tarde, y decidió torcer camino y perderse del Morro.
¿Habrá un caso que me de más pena?

Silvio Rodríguez ahora quiere mudarse a Chile
SANTO DOMINGO, 29 enero 2008 - A través de un breve comunicado, emitido desde La Habana, el trovador cubano Silvio Rodríguez señaló su deseo de radicar en Santiago de Chile, a partir del año este año.
“Desde hace años que me había planteado este desafío, de invadir América desde el sur. Esto por los fuertes lazos de cariño que tengo con el pueblo chileno, por la gran cantidad de buenos amigos que hay en esas tierras y la gran posibilidad -cual vikingo- de invadir América desde el sur", señaló el artista.
Rodríguez viviría indefinidamente en Chile, y espera concretar la realización de dos nuevas producciones, las que serían grabadas entre Santiago y La Habana.
Además de apoyar a "la gran cantidad de jóvenes trovadores latinoamericanos, que necesitan de un apoyo importante", indicó Rodríguez.
El trovador también tiene otros proyectos contemplados, uno de ellos es la musicalización de una película chileno-española que dirigirá Pedro Almodóvar.
"Trabajar con Almodóvar, sin duda que es un desafío monumental y súper humano". Hace unos meses que Silvio fue a cantar a Chile y siempre ha manifestado el amor que siente por ese país.

martes, enero 08, 2008

I want you


Hoy Silvio me ha conmovido. He tenido una historia de amor y odios con él. Perseguí sus canciones desde los “años duros”, ya lo escuchaba cuando estaban construyendo la heladería Coppelia de El Vedado. Lo escuché en el parque central del la calle Paseo y una que otra vez en el parquecito de Calzada y K, frente a la funeraria Rivero.
Después vino el período de odios. Era tan demagogo… Las razones que inspiraron mi fanatismo se transformaron en las razones que inspiraron mi rechazo.
Es mi historia, no la de él. Pero Silvio tendrá otras, sus propias historias personales de amores y odios.
Alardeo de saberme casi de memoria todas sus canciones. Es, presumo, lo importante, la dicha poética que me han dado, que fueron alguna vez excusa para conquistar mujeres, escribir versos o sentirme feliz con un litro de walfarina en La Habana.
Hoy me vuelve a conmover.
Silvio y un ilustre piquete que ha convocado con su dedo índice de complicidad y obligación (con Reynaldo González incluido persiguiendo mulatos sexuales en los calabozos durante los conciertos) harán una gira por las cárceles cubanas ofreciendo canciones durante una hora y media para los reclusos. ¿Cuáles reclusos? ¿Los buenos (“atildados, comedidos, obedientes”)?
Miren que decir eso con tantos motivos para no reírse como hay.
El piquete feliz que cantará a los reclusos incluye a personajes como Eusebio Leal (qué mas puede hacer nuestro ilustre curita para reírle la gracia al establishment) y contempla que al inicio, los guardianes presenten el oppening y al final, los reclusos representen la coda. Durante esa hora y media los presos ocultarán sus cicatrices y los guardias sus palos y macanas y juntos, como hermanos, convivirán con cánticos revolucionarios de unidad, hermandad y patriotismo.
O quizás no, y lo que suceda es que quienes disfrutarán de Silvio y su piquete en la gira más cínica de la historia musical cubana, no sean los presos de conciencia, políticos y plantados. Ni los heridos por golpizas, debilitados por la hambruna, enfermos por la insalubridad, enloquecidos por los electroshoks. Entonces la quietud del público cautivo estará garantizada. Y los aplausos.
Al final del concierto, los guardias volverán a sus garitas, sus bastones y sus fusiles; los presos a su dolor, su hambre y su hacinamiento feroz, y Silvio a la otra cárcel con un breve descanso para comer, beber, descansar y así dar cuenta de un buen amor, de un solo amor.....

Desde Platoon hasta el ridículo


Platoon la vi en el cine Yara en el corazón de La Habana. En blanco y negro, una copia pirateada de las que circulaba el ICAIC. Fue impresionante y Oliver Stone me creó la más errada percepción que he tenido sobre una persona en mi vida.
Cuado iba al colegio, de niño, si no sabía la respuesta a una pregunta de examen, el compañerito de la silla de atrás me la dictaba. Eso me viene a la mente cuando pienso en Platoon de Oliver Stone. ¿Quién le dictó el filme a Stone?
Mis dudas comenzaron con el documental Fidel que realizó Stone en La Habana. Pero ese antiimperialismo desayunando huevos con jamón y leche con cereal es un fenómeno acostumbrado. Lo veo donde quiera, se sientan en un restaurante y comparten un filete miñón con pláticas antinorteamericanas. Delicioso, ayuda a la digestión rimando la buena sazón culinaria con un aperitivo “progresista y humano”.
Cuando el dedo sobre el gatillo de la cámara Rolleiflex ya tiene poco que decir y no genera taquillas necesarias, entonces es saludable llamar la atención provocando.
Lo grave de Stone es que se ha pasado de rosca.
Una cosa es provocar con comentarios polémicos (pero siempre acompañados de una señita subliminal para que no te tomen demasiado en serio. Ver Michael Moore) y otra es lanzarse a fondo en los campos de la perfecta idiotez. A Oliver Stone se le ha ido la mano.
Fue con sus cámaras en quiebra a filmar la frustrada devolución de rehenes en Venezuela y antes de saberse que el niño Enmanuel no estaba en manos de las Farc y que los narcoguerrilleros confirmaban su alevosa condición y su deliro de mentir, Stone se apresuró a hacer su show mediático.
Leamos sus declaraciones al diario británico The Observer desde tierras venezolanas:
• (Chávez es un) “hombre honrado y fuerte”.
• (Chávez quería) “rescatar a las rehenes y romper el hielo en la guerra entre el Estado y los rebeldes (colombianos). En mi opinión, era un importante primer paso, pero tanto en Colombia como en Estados Unidos había resentimientos contra su persona”.
• “Esa guerrilla (Las FARC) es un ejército campesinos, un ejército tipo Zapata”.
• “Todos los colombianos con los que hablé tienen miedo de un tipo u otro a los militares. Éstos son los más peligrosos, no las FARC”.
• “Escuché de dos fuentes rivales ese día que Uribe había telefoneado a Bush la víspera o el mismo día. Esa llamada a Bush es significativa. Yo dije entonces: ¡Vergüenza para Colombia, vergüenza para Uribe!, pero quería decir al mismo tiempo: ¡Vergüenza para Bush! Creo que Bush tiene una actitud de despecho hacia Chávez, como le ocurre a todo el ‘establishment’ estadounidense. Quieren que Chávez fracase”.
• “Estados Unidos trata a Latinoamérica como un patio trasero en el que se puede tirar la basura, mear o hacer lo que a uno le venga en gana”.
Sin comentarios.