Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



miércoles, julio 22, 2009

Rafael Correa, un castrati para la opereta, la farsa y la comedia

El presidente ecuatoriano Rafael Correa es tan vanidoso, que sólo él cree que nadie está convencido de su colaboración con la FARC colombianas.
Correa padece de ese mal y, con su voz aflautada, suele asegurar los argumentos más inverosímiles, siempre acodado en dos o tres epítetos furiosos.
Ahora ha salido el financiamiento de las FARC a su campaña presidencial; unos 300 mil dólares declarados por el propio Mono Jojoy, en reunión privada y filmada imprudentemente.
Los videos probatorios ya están en manos de la OEA (lo que no es mucho que digamos) y de gobiernos e instituciones internacionales, incluyendo la INTERPOL.
Pero para Correa eso no es nada. El se estrena una camisita blanca con cuello bordado, pasa por el camerino de los maquilladores y con su vocecita de castrati dice horrores de Uribe mientras se le va cayendo a pedazos, el país.
Así sucedió ya, cuando el ataque al campamento FARC en tierras ecuatorianas, donde murió el comandante narcoguerrillero Raúl Reyes. Correa quiso “virar la tortilla” acusando a los acusadores y desestimando su responsabilidad elemental en la protección a las FARC, que tenía un resort de paz, amor y descanso, en tierras de Ecuador.
La opereta de Rafael Correa es cada vez más inusual. Pero tiene aliados del género, cantantes del coro y otros menesteres que se hacen de la vista gorda y prefieren mantenerse ajenos.
Es curioso ver cómo José Manuel Insulza, Lula DaSilva, Michel Bachelet y buena parte de los gobiernos europeos, no mencionan al castrati ecuatoriano ni para bien ni para mal, lo que le hace un flaco favor a Correa, necesitado de la aclamación internacional y de las fotos de prensa. Es una suerte de desestimación categórica.
Y eso es parte de la impunidad asumida por la política moderna. Mientras que acusan al régimen golpista de Honduras, se mantuvieron en silencio frente a los desmanes de Mel Zelaya en el último año de su (mal) gobierno. Mientras acosan a los golpistas por su acción, desestiman las acusaciones del gobernador de Caracas contra los abusos del gobierno de Hugo Chávez. Mientras que reciben a la glamorosa y maquillada abuelita de Argentina, no han dicho ni una palabra sobre el descrédito de su gobierno, la ineficiencia económica y los fondos venezolanos recibidos para su campaña presidencial. Mientras se retratan con Daniel Ortega, sortean la compañía del violador de Managua. Mientras aplauden a Raúl Castro cuando enarbola la bandera de la democracia y ataca el régimen de facto de Tegucigalpa, evaden los comentarios sobre el medio siglo de gobierno de facto y antidemocrático de la Habana.
Es un baile de máscaras internacional; la cotidianidad de los disfraces. Y en ese mejunje irresponsable y disimulador, suelen aparecer personajes de la farsa, la comedia y la opereta, como Rafael Correa.

martes, julio 21, 2009

Honduras, el juego de los tontos

Entrar en el juego de Honduras es asumir el papel de tonto. Honduras es, sobre todo, un ajedrez movido por intereses del sector chavista en la región. El mandatario venezolano impuso el tono, la acepción del hecho y trata de imponer sus soluciones. En ello pone todo su interés y su dinero.
La atribución del presidente Oscar Arias ha sido un riesgo en el que tiene todas las de perder. Es absurdo exigir el regreso de un presidente irreverente, mentiroso e ilegal y, además, con una notable minoría de seguidores dentro del país, a pesar de la participación de Hugo Chávez y Daniel Ortega en la exacerbación de las revueltas civiles.
Parece que eso no va a suceder y Zelaya se mantendrá hasta enero girando alrededor de la región, porque no creo que vaya a incursionar en un conflicto civil armado, suerte de guerrilla financiada y organizada desde Caracas y Managua.
El gobierno de facto es la otra cara del dilema. Condenado por el resto del mundo, es una ocasión propicia para evitar que el golpismo se vuelva a apoderar de la región. Sin embargo, la condena se les está yendo de las manos por corear la percepción manipulada que se ha hecho del caso Honduras.
Yo apuesto por una solución menos rígida. Zelaya no regresa sino dispuesto a enfrentar la justicia (porque como “guerrillero” no creo que tenga madera de héroe); renuncia el presidente de facto Micheletti y se crea un gobierno de unidad nacional con la participación de todas las fuerzas políticas del país; exclusión total de las fuerzas armadas del destino y del rumbo de Honduras como una certificación condenatoria para tranquilidad de los presidentes del ALBA, que temen por el eco hondureño en sus propias naciones; convocatoria a elecciones anticipadas bajo la vigilancia de altos representantes de la UE, EEUU y los países de la región, con la seguridad garantizada por los cascos azules de las NU; limitar la participación de la OEA en la solución del conflicto y nombrar un nuevo presidente elegido democráticamente antes de finalizar el año.
Continuar con este juego de posiciones radicales débilmente justificadas, es un peligro inminente. La petición de Hugo Chávez de que EEUU saque a los más de 4 mil efectivos de su base militar en territorio hondureño, como muestra del apoyo de Barack Obama a Manuel Zelaya, es una maniobra alevosa que pondría al país centroamericano a merced de la incursión militar venezolana.
Por otra parte, considero insustancial la denuncia de que el presidente brasileño Lula Da Silva le esté exigiendo a EEUU radicalizar su condena al golpe bajo la amenaza de que Brasil suscribiría el tratado del ALBA; eso sería poner en peligro el prestigio de Lula al final de su mandato, la estabilidad económica y política brasileña, y su rol líder en toda la región.
El partido estaría despejado y transparente si cada nación asumiera una actitud vertical y honesta en vez de seguirle la rima a los intereses que han marcado esta historia. Si no sucede así, entrar en el juego de Honduras es asumir el papel de tonto.

Para leer a Ariel Dorfman

Cuando en 1972 apareció “Para leer al Pato Donald”, su autor, el chileno Ariel Dorfman, pretendía elevar la historieta infantil al nivel de sublime manipulación ideológica con dependencia de la CIA, convirtiendo a The Walt Disney Company en un agente ideologizante que cultivaba, adoctrinaba e impulsaba el capitalismo en las mentes infantiles gracias al picoanálisis de Sigmund Freud.
Pocas veces antes en la historia universal, la bobería había pretendido tan alto vuelo analítico. Dorfman asumió las perspectivas del marxismo para, a través de la lucha de clases leninista y las leyes fundamentales del más chistoso de los hermanos Marx, la dialéctica, la negación de la negación y la unión y lucha de contrarios, postular que el Pato Donald, los sobrinos Hugo, Paco y Luis, y tío Rico Mac Pato eran agentes colonizantes imperialistas contra la infancia latinoamericana y que El Llanero Solitario en su caballo Plata, junto al indio Toro, conquistaba la ideología tercermundita al sur del Río Bravo para matarla con las balas de platas del yanqui colonizador.
El libro, que hizo época en el comienzo del ocaso de las izquierdas, acabó borrado cuando, en los años 80, el mundo optó por una acepción más práctica, funcional y útil de la vida.
Dorfman quedó marcado por un estigma inevitable. Fue un febril lector de historietas, a tal punto, que terminó tomándoselas en serio y cuentan que en días de carnaval, suele disfrazarse de Tribilín para divertir a los pequeños de la casa.
En realidad, no recordaba ya a este escritor antiimperialista que ha vivido y ganado mucha plata en las universidades de EEUU. Y ahora, releo su nombre en el periódico español El País, en una columna en la que Dorfman le escribe al presidente estadounidense Barack Obama, exigiéndole que impulse un proceso condenatorio a todos quienes han tenido que ver con las torturas a los terroristas presos en Guantánamo.
No me interesa discutir lo que ha pasado en Guantánamo, sus horrores, matices y manipulaciones, porque más cercanas, dolorosas y reales son las torturas psicológicas y físicas que sufren y han sufrido durante 50 años, los miles de presos de conciencia que languidecen olvidados en las cárceles de Cuba y sobre las que Ariel Dorfman no ha sido capaz de escribir ni el guión de un solo cómic.

viernes, julio 17, 2009

La luna alcanzada

Entre incrédulos y envidiosos anda el juego. Ellos se han pasado 40 años buscando argumentos para sembrar la duda y la zozobra sobrela llegada del hombre a la Luna.
Es un problema de hábitos, porque argumenar cualquier recurso con tal de denostar los éxitos estadounidenses, suele ser un deporte global.
La carrera entre la URSS y EEUU ya está olvidada. La ganó Washington, con creces, no sólo por los Apollo de la NASA, sino por todo.
Ahora, como para sanarle el rencor a los charlatanes, el nuevo satélite Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) ha tomado las primeras imágenes de los lugares en los que las misiones Apollo aterrizaron en la Luna. Las fotografías muestran los módulos y las sombras que éstos proyectan. Son instantáneas de cinco de los seis módulos de aterrizaje del programa Apollo.
No hay dudas, el próximo 20 de julio de 2009, el mundo festejará 40 años del primer gran paso humano en la superficie lunar.

martes, julio 07, 2009

Funeral para un Rey

Grandioso funeral para un Rey. Millones de personas rompieron record histórico de asistentes desde las lunetas del coliseo, desde las calles del mundo, frente a las pantallas del televisor o los ordenadores conectados al Internet, brindándole sus respetos y su admiración al Monarca del Pop, para orgullo de quienes lo admiramos y vergüenza de quienes lo denostaron, porque juntos hemos vivido la experiencia única de este martes 7 de julio iluminados por Michael Jackson, que no se ha ido al cielo después de muerto; se ha ido al sol.

miércoles, julio 01, 2009

La vida loca de Pancho Céspedes

Pancho Céspedes se desvive por cantar en Cuba. Ahora ha salido publicado que, según sus propias declaraciones a la agencia AP, “hay ‘gente’ en la Isla haciendo gestiones para que vuelva a cantar, aunque sin hacer ningún tipo de concesiones". Y agregó, ahora al diario mexicano Reforma, que "hay gente que conoce a algunos dirigentes de allá. Son cosas con las que yo no haré ningún tipo de concesiones, ni voy a abogar 'a favor de'. No voy a hacer políticamente nada, pero estas personas están hablando con esos 'prohibidores' y me han dado noticias alentadoras de que muy pronto voy a cantar en Cuba".
Finalmente, el autor de Vida loca, sentenció que "Si me sorprende la muerte después de eso (cantar en Cuba), yo me iré más tranquilo".
Pancho lleva en sí, la rima de dos valores: sensibilidad e inteligencia. Pero, abandonado entre rones y cantinas, como cantaba el bolero, algo de esa fértil dualidad le falla al punto de confundir la Patria con un trozo de la geografía continental.
Me apena oírlo en ese tono lamentoso, de súplica a quienes él mismo nombra “los prohibidores”, cuando sabe, como todos, que en Cuba no existen prohibidores, sino un único y total prohibidor. O escucharlo cambiando un escenario en La Habana por el valor de su vida. O lo que es peor, presumir que “no hará ninguna concesión política” cuando conoce de sobra, cómo funcionan las concesiones en Cuba.
¿Ingenuidad? Quizás. Yo, que lo conozco, sé que tiene una inclinación voluntaria a la melancolía, que arropa en trajes blancos de dril 100 y sombreros panameños de alas cortas.
Lo que no entiendo es cómo ha sido capaz de cambiar ese delirium tremen de cantar en la Isla, por una casa en Cancún o en Miami. Realmente no lo sé.
Cuando el pedacito adverso de geografía caribeña que es Cuba se convierte en una obsesión física, primaria y elemental, lo mejor es quedarse anclado allá, a la deriva del fracaso.
Y creo que Pancho Céspedes lo debía hacer.