Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



jueves, agosto 28, 2014

OPINION. Los argumentos: 50 años de embargo a Cuba.

Razonemos desde la otra esquina: Muchos exaltan los supuestos cambios que se han producido en Cuba. Si comparamos el país con las restricciones de todo tipo hace 20 años, las cosas han cambiado. Todo ha cambiado. Mi hijo tenía 5 años y hoy tiene 25, cambié el auto 4 veces y los hielos del polo se han reducido en un 7%. Nada es estático, ni la materia y, por demás, la dialéctica existe. Entonces la Cuba de hoy es otra, al menos en sus más periféricos y cosméticos asuntos.
Otra cosa está en exaltar como “aperturas” las variantes sobre un mismo tema que ha impulsado Raúl Castro. No son ni legítimas, ni esperadas, ni útiles. Pero aceptemos que son guiños a la libertad. Entonces, por el contrario de los que proponen serviles, tontos y herrados, las presiones internacionales como la posición común Europea y el embargo de EEUU han dado resultados positivos, porque me parece que son los únicos argumentos sostenidos y fuertes que han presionado pidiendo cambios a la realidad cubana.
Como consecuencia, insisto en que es ilógico y falso, equívoco y manipulador creer que quitar ambos argumentos aceleraría esos cambios y no, como prefiero pensar, que sin ellos volvería a involucionar el sistema y el país, apoyado en la cortesía del mundo, los placeres financieros y la sonriente diplomacia de papel.

Quizás esta creencia y esta confirmación es lo que me hace confiar en que el embargo y la posición común europea son aliados de mi esperanza como cubano y no son mis obstáculos. Contradigo a aquellos que abogan por el fin del embargo, porque sus ambiciones de invertir en la Isla a espaldas de cualquier dolor humano, solo serán posible (mire usted qué contradicción) con los resultados de una presión que ahoga, arruina y arrincona a la dictadura cubana.

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