Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



lunes, junio 17, 2013

El hombre nuevo en Cuba.

Este fue el argumento del Che Guevara para entretenerse entre tiro de gracia y tiro de gracia. Y el resultado ha sido un lamentable espécimen cuestionable en muchas partes del mundo y que no siempre logra acceder a las reglas de sociedades occidental con cordura y ética mediana, a no ser que pase el tiempo con sus traspiés y sus lamentaciones les despierten el buen ser social que en otros tiempos fueron.
Sin embargo, una tricentenaria tradición de laboriosidad, destreza e inteligencia está arraigada en sus genes y, afortunadamente, muchísimas de las veces logra florecer ante las nuevas condiciones en que vive. De ahí su capacidad de sobrevivir a 54 años de derrumbe nacional o levantar desde la playa una ciudad como Miami.
Lo que nada justifica es que las autoridades de Bahamas y México acostumbren a tratar  como animales a los exiliado cubanos que llegan a sus costas.
Los videos que hemos vistos en estos días de los custodios bahamenses golpeando brutalmente a los cubanos que llegaron a su país como “balseros”, las huelgas de hambres que han protagonizado hombre y mujeres presos en Bahamas, cosiéndose los labios salvajemente, cerrándose la boca con candados a través de aberturas en sus labios, es algo horrible que conmueve.
Las denuncias llueven, salen al mundo probando el trato inhumano que las autoridades de Bahamas dan a los “balseros” que, erróneamente, en busca de la Florida, llegan a sus costas arrastrados por las olas.
Por otra parte, ya resulta una común enterarse del trato brutal que le dan a los cubanos que llegan de igual manera a las costas mexicanas, a la deriva y erradamente.
En un artículo reciente, la reforma migratoria que se impulsa en EEUU tiene a los cubanos y borícuas (las dos comunidades que menos lo necesitan) como los grupos minorista que más la apoya en La Florida. El pago por una actitud solidaria son las desapariciones, extorsiones y los muchos golpes y tratos abusivos que en México se les da a los cubanos que huyen de la dictadura.
Es el resultado del experimento guevariano, un “hombre nuevo” al que no se le profesa el menor respeto en Bahamas y México, o en España y Ecuador, y vaga por el mundo esquivando el desprecio de muchos gobierno y pueblos, asediados por la  orfandad nacional que les ofrece Cuba.