Blog de Luis G. Ruisánchez (2da. EPOCA)



sábado, diciembre 03, 2011

CELAC, ni a la tercera va la vencida

La cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) nació con un error de origen. Si en su Declaración de Caracas coinciden en la defensa de los Derechos Humanos, ¿cómo se explica que la troica que la preside incluya al gobernante cubano Raúl Castro?
Otro problema es el nombre. América Latina puede llamarse Latinoamérica o América Latina, pero no Latino América, por lo que la sigla de CELAC es una confusión lingüística.
Un avispado amigo ha dicho que “Durante toda la historia, quienes han querido avanzar se han buscado un aliado poderoso, en América Latina los países pobres le piden ayuda a los más pobres, por eso el futuro se ve claritico”. Esto lo parece confirmar el poco entusiasmo mostrado de la presidente brasileña, el gigante económico latinoamericano, y su partida antes de hora de fórum regional. José Antonio Simoes, subsecretario de Brasil para Asuntos de América del Sur y el Caribe, dijo, "Tenemos que dejar primero funcionar el organismo (la CELAC) por algún tiempo".
El interés sugerido por Brasil, Colombia y Argentina de reducir las importaciones de fuera de América Latina para evitar futuros sobresaltos, comienza por ser un freno al pleno desarrollo de las economías latinoamericanas. Los grandes inversionistas, se decir, compradores, están en las primeras economías y el intercambio al estilo primitivo en pleno siglo XXI es un quimera que naufraga entre el romanticismo y la ignorancia.
Desde la Tricontinental de los años 60 hasta hoy, más de medio centenar de intentos de comunión latinoamericana se han frustrados, unos políticos, otros económicos. Creo que el denominador común de los fracasos es que ninguno ha aglutinado verdaderos intereses regionales porque han estado cruzados por la manipulación política. Este es un remake de sus antecesores. Incluir el caso del embargo de EEUU a Cuba y hablar de democracia y derechos humanos con la inclusión de, por ejemplo, Daniel Ortega, es un motivo sustancial para juzgar esta cumbre de un circo de intereses ni siquiera peligrosos para la estabilidad de la región, porque por diverso, irreverente, irreconciliable y tramposo no será capaz de confundir a nadie.
Citas como la de "parece que es una crisis terminal, estructural del capitalismo y siento que estamos reunidos en un buen momento para debatir, para analizar y proyectar la gran unidad de los países de América sin Estado Unidos, para poder liberar a nuestros pueblos", dicha por el insigne Evo Morales, desnudan la verdadera naturaleza de un fórum mediado por el odio.